Lourdez Bedolla
Hoy, 21 de marzo, en nuestro país da inicio la primavera, que representa el renuevo, las flores brotan, a la que se le conoce como la época de la reproducción, el clima se torna más cálido, los campos se llenan de verdor, en fin, inicia un ciclo más. Pero muchos no sabemos que hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down, condición que debe su nombre al doctor John Langdon Down, quien descubrió que más que una enfermedad es una condición física. El motivo de este trastorno es que el gen 21 en lugar de duplicarse, se triplica, es por eso que eligieron esta fecha para este día tan especial, 21 del 3 (trisomía del gen 21).
Para muchos es un día más, un día cualquiera, pero hay en el mundo millones de bebés que nacieron con esta condición y desafortunadamente, muchos padres y la sociedad misma no están preparados para aceptar y entender este trastorno, que no es una enfermedad en sí.
Para explicar este síndrome es importante conocer que las células del ser humano poseen cada una en su núcleo 23 pares de cromosomas. Cada padre aporta a su descendencia la mitad de la información genética, en forma de un cromosoma de cada par. 22 de esos pares se denominan autosomas y el último corresponde a los cromosomas sexuales (X o Y).
La presencia del Síndrome de Down a nivel mundial se aproxima a uno de cada 700 nacimientos, 15 por cada 10 mil nacimientos, pero el riesgo varía con la edad de la madre. La incidencia en madres de entre 15 y 29 años es de uno por cada mil 500 bebés nacidos vivos; en madres de 30 a 34 años es de uno por cada 800; en madres de 35-39 años es de uno por cada 385; en madres de 40-44 años es de uno por cada 106; en madres de 45 años es de uno por cada 30, por eso es un consejo médico que las mujeres que estén planeando un embarazo tomen en cuenta estos factores de riesgo.
La presencia del Síndrome de Down genera una posibilidad mayor a la de la población en general de padecer algunas enfermedades, especialmente del corazón, sistema digestivo y sistema endócrino, debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más. Los avances actuales en el descifrado del genoma humano están revelando algunos de los procesos bioquímicos subyacentes a la discapacidad cognitiva, pero en la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado mejorar las capacidades intelectuales de estas personas.
Pero hoy no se trata de dar a conocer toda esta terminología médica que al escucharla llega a causar pánico, hoy hay que decir a todos esos padres que tener un hijo con Síndrome de Down no es el fin del mundo, requieren, sí, de más atenciones y cuidados, pero son pequeños que regalan amor en grandes dosis a quienes los rodean, son seres llenos de alegría y de luz, la que ilumina su mundo y el de sus seres queridos
Son pequeños que necesitan más que todo, amor, aceptación, cuidados médicos, integración al núcleo familiar y en la medida en que reciban esto su condición no les impedirá vivir a plenitud y desarrollarse.
Hagamos conciencia y demos el trato que ellos se merecen, aceptemos su condición y no los discriminemos, al contrario, ellos no pidieron nacer con este trastorno y no deben, por ningún motivo, ser marginados por ello.
Es triste decirlo, pero nuestro país, México, es uno de los que más desconocen acerca de este síndrome y por lo tanto, rechazan o señalan a los pequeños con esta condición.