Por Christián Gutiérrez
La polémica para el alcalde de Morelia, Raúl Morón, se desató hace unos cuantos días; su director de Comunicación Social, Antonio Aguilera Espinosa, fue descubierto públicamente por -presuntamente- idear y operar una campaña con propaganda negativa en contra de personajes de la vida política michoacana.
El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, la coordinadora de Comunicación Social del Ejecutivo de Michoacán, Julieta López; el senador por Morena Cristóbal Arias Solís; el diputado federal por el PES, Iván Pérez Negrón; la diputada local por Morena Cristina Portillo, y el militante del PRI Guillermo Valencia, fueron el centro de ataque de Aguilera Espinosa, apodado: “El Pájaro”.
Las pruebas presentadas en diversos medios de comunicación fueron unas capturas de pantalla de lo que parece ser WhatsApp, en donde Antonio Aguilera sostiene una conversación con alguien de apellido “Smith”. En la charla, el director de Comunicación le pide realizar “arte gráfico en negativo” para redes sociales, con el objetivo de denostar el trabajo de los personajes en mención.
¿Qué nos indica todo este pasaje que deja mal parado al alcalde Raúl Morón Orozco, a sus regidores morenistas y a su equipo de gobierno del mismo partido? Veamos algunas ideas que pueden ser debatidas y mejoradas:
- El llamado Pájaro, tira por la borda la que podría ser la oportunidad de su vida laboral: ser el director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Morelia, es una enorme plataforma para mostrarse como un profesional de la materia.
- El alcalde de Morelia demuestra una vez más que hoy en día, sigue pesando mucho más el pagar con cargos públicos a los cercanos en campaña, que llevar al gobierno a perfiles potentes que ayuden a potenciar el gobierno. Un verdadero líder tiene la habilidad para hacerse rodear de mejores perfiles que él para suplir sus deficiencias. Esto hace que la organización mejore.
- Este hecho deja en evidencia algo que los estudiosos de la comunicación conocen: Hacer comunicación social profesional, no sólo es “hacer prensa”, lo cual es muy importante, pero la comunicación social profesional va más allá. Un profesional de la comunicación, además de aterrizar prensa, también hace marketing y neuromarketing, medición por encuestas tradicionales y digitales, investigación etnográfica, entrevistas a profundidad, y focus group, diseño y entrenamiento en comunicación verbal, paraverbal y no verbal, comunicación en crisis, imagen personalizada e institucional, media training, diseño de discurso, y aún más actividades. Si el encargado de comunicación social no domina estas disciplinas, se debe hacer ayudar de gente mejor que él, para construir un gabinete de comunicación social profesional. Cuestión de liderazgo.
- Este acontecimiento deja en claro que un encargado de comunicación social que tiene poder, pero que toma decisiones de manera visceral, puede hacer ver muy mal a todo el gobierno o a su jefe.
- Este hecho deja en claro que, la marcha ralentizada de los gobiernos de cualquier nivel, no necesariamente es la responsabilidad del titular (presidente de la República, gobernador, alcalde, senador y diputado). Un funcionario de primero o segundo nivel que hace cosas negativas, impacta negativamente al propio gobierno.
- Este hecho deja en claro que la lucha por la próxima candidatura a gobernador de Michoacán en el partido Morena será encarnizada; seguramente de dimes, diretes y traiciones.
- Este hecho muestra que también debemos aprender a separar para comprender los fenómenos: hacer crítica a los personajes políticos es legal y suele ser necesario para conocer opacidades. Sin embargo, cuando se utiliza dinero público para hacer campañas de propaganda sucia es algo ilegal y cuando se hacen estas campañas siendo funcionario cercano al titular de un gobierno, es un contrasentido y un suicidio.
Para la comunicación social profesional y para la de academia, hacer comunicación social no sólo implica “informar” los hechos del gobernante o de la institución con un tono informativo en el referente o contenido; no sólo implica conocer a cinco, 10 o 20 periodistas con los cuales hacer “convenios” publicitarios; no sólo implica hacer buenas “relaciones públicas” con los demás medios de comunicación para evitar que “le peguen al jefe”. Hacer comunicación social profesional debe ir de la teoría a la práctica y hay demasiado por hacer. En realidad, en otros lugares del mundo ya se hace así y los resultados son mucho mejores que en México.
Que El Pájaro haya hecho la propaganda sucia de la que hablan está en veremos, porque no está nada comprobado y de no comprobarse, también sería justo ofrecerle una disculpa pública. Pero si se descubre que es el autor intelectual del hecho y que utilizó recursos públicos de los morelianos para operar la propaganda sucia, el propio Antonio Aguilera debería ayudar al alcalde y renunciar, además, ponerse a disposición de las autoridades para reparar el daño económico.
Hoy los ciudadanos ya no toleran una más y de lo que resulte de esta polémica, todos debemos aprender.
* El autor, es politólogo, neuromercadólogo, abogado y comunicador.
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