De descanso, he podido leer con calma un documento público por demás interesante en materia de comunicación: el “Acuerdo por el que se establecen los lineamientos generales para el registro en el padrón de medios de comunicación impresos, electrónicos, digitales y alternativos, de la Coordinación General de Comunicación Social del Estado de Michoacán de Ocampo”.
Sin duda, será un documento que ayudará a generar política pública de comunicación, lo cual para nada es usual en la entidad, pero también en mi visión, causará polémica por dos razones particulares que lo integran de manera tácita. Sobre éstas me detengo:
- Conforme a una política nacional anticorrupción que ya opera, este “Acuerdo de comunicación del Gobierno del Estado de Michoacán”, cercará las oportunidades a los medios de comunicación locales que desean convenios de publicidad e información (pero no a todos). El objetivo ahora será que los medios de comunicación sean empresas legalmente constituidas y que además cumplan de manera puntual con sus obligaciones fiscales. Es decir, este Acuerdo, deberá ser útil para dejar en el camino a los medios de comunicación patito, a los que actúan como mercenarios de la información y a todos aquellos que pretenden existir como mera palanca de sobrevivencia económica, sin que sea la comunicación profesional lo que les interese.
- De acuerdo a las leyes nacionales y tratados internacionales en materia de comunicación, de transparencia, acceso a la información pública y protección de datos personales, de acuerdo a los derechos humanos, los derechos fundamentales de los mexicanos y a las buenas prácticas de la comunicación, ahora los medios deberán informar y comunicar apegándose a la verdad legal, a la verdad periodística y a la verdad histórica, lo cual significa que el medio de comunicación, el periodista y el comunicador, de ahora en adelante deberán respetar todos aquellos marcos legales, éticos, prácticos, teóricos y doctrinarios, que los lleven a convertirse en profesionales de la comunicación.
Y la polémica vendrá con algunas verdades de perogrullo, que varios “comunicadores” conocen pero callan por conveniencia:
- En Michoacán existen más o menos 500 medios de comunicación. Varios son empresas profesionales y varios más son empresas cero efectivas para los objetivos de comunicación social, de cualquier ente público.
- Varios se hacen llamar periodistas o comunicadores y pretenden vivir del erario público, con la consigna de: “plata o campaña de desprestigio en tu contra”.
- Varios medios de comunicación evaden impuestos y si tienen empleados, en varias ocasiones no les pagan un salario, al referir que “es la fama que les otorga el propio medio lo que funciona como paga”. Nada más absurdo que esto.
- Se ha convertido en una práctica común entre los medios de comunicación patito o francotiradores de la información, soltar noticias falsas con el objetivo de desprestigiar a ciertos actores públicos, y una vez que los tienen presos del temor, pretenden obtener convenios de publicidad.
- La ética profesional de la comunicación, del periodismo y del marketing político prácticamente no existe en varios medios de comunicación y eso provoca que se generen más empresas mercenarias de la comunicación.
Me parece que esta regulación llega en un momento oportuno para la comunicación pública que se vive en Michoacán. El combate a la corrupción es impostergable en todos los frentes, y un ejercicio profesional y más creativo de la comunicación, el periodismo y el marketing político, es algo que le vendrá muy bien a la vida pública de la entidad.
¿Y por qué no habría de regularse a los medios de comunicación si varios viven de recursos públicos y varios más lo hacen con un buen porcentaje de recursos públicos? En realidad son muy pocos los que no dependen del erario público o los que tienen convenios con entes públicos, pero responden de manera eficaz en su trabajo como medio de comunicación, información y difusión.
Conforme a las leyes del mercado, me parece que debe prevalecer aquello que oferte mejor calidad y precio, mejor atención y mejor experiencias en el cliente, mejores resultados y más éticos. Los demás medios de comunicación, en mi opinión, no deberían existir más como sanguijuelas del presupuesto público.
Es más, varios medios de comunicación en Michoacán han exigido -lo cual me parece por demás correcto-, que se combata la corrupción en todas las esferas; han exigido que los políticos sean más profesionales de la política; o han exigido que diversos empresarios no sean rapaces con los negocios. Todo lo comparto y suscribo.
Pero ahora, también llegó el momento de que sean los medios de comunicación los que honren dos cosas: 1.- Las leyes y la aplicación sin “peros” del estado de derecho; 2.- La comunicación profesional en su sentido más amplio y restringido.
* El autor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Ciencia Política, de maestría en Neuromarketing, diplomados en Marketing Político y en Análisis Político.
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