Este año 2020 inicia formalmente el proceso electoral en México, el cual culminará con elecciones en el 2021. En Michoacán se renovará la gubernatura, las diputaciones locales y federales y los ayuntamientos; pero tristemente, hasta el momento no aprecio mujeres con un liderazgo fuerte y mediatizado, que les permita diferenciarse de los hombres -y entre sus pares-, y ser una opción más viable para las próximas elecciones.
¿Por qué se hacen invisibles las mujeres? Sugiero cinco ideas:
- Varias no tienen perfil de liderazgo y poder, entonces no tienen qué comunicar.
- Varias viven bajo el yugo de sus parejas, y no quieren proyectarse públicamente.
- Varias trabajan bajo el yugo de dirigencias partidistas machistas y violentas y se tienen que “esperar” a que los tiempos locales los dicte el dirigente “macho alfa”.
- Varias no saben por dónde empezar un posicionamiento estratégico de su marca política personal.
- Varias piensan que no salir a comunicar es mejor, para no ser flanco de críticas.
Estoy seguro de que esta lista puede ser más amplia, pero me atrevo a mencionar las más comunes que he podido conocer a través de los años.
¿Qué hacer entonces cuando se es mujer con deseos de iniciar un posicionamiento de marca personal cuidando la parte legal e institucional? Lo primero que hay que saber, es que sí es posible iniciarlo y lograrlo, y se puede trabajar con neurocomunicación y neuromarketing político. Desde luego, lo recomendable es hacerlo de manera profesional.
Tener a alguien que solo envíe boletines de prensa, o que ande detrás de la aspirante tomando fotos y subiéndolas a redes sociales, ya no es suficiente. Eso hace y hará la mayoría de las mujeres, por lo tanto, se perderá cualquier tipo de mensaje.
Lo recomendable es comprender de inicio, cómo hacerse y ejercer el poder, y comunicarlo de manera eficaz.
MacMillan explicó de manera simple una taxonomía del poder, la cual ofrezco en mi versión para las mujeres que desean ser candidatas de sus partidos políticos o por la vía independiente:
- Hay que demostrar fuerza, con acciones y comunicación, porque la fuerza es un canal a través del cual se ejerce el poder. Desde luego, no me refiero a usar la violencia. La referencia puede ser, apropiarse de un tema y crear tal fuerza en el tema, que sea prácticamente imposible para otras competidoras establecer un posicionamiento con la misma temática. Otra idea: demuestren fuerza estratégica a sus dirigentes “machos alfa”, para inhibir que les hagan violencia política de género.
- Hay que crear códigos morales, y voy más allá para incluir aquí neuromarketing político: las mujeres deben pensar en crear por lo menos un ritual, que las haga recordables y apreciadas. Los códigos morales son estructuras de conocimiento de fácil comprensión, asimilación y ejercicio.
- Hay que crear un mensaje que genere la percepción deseada, en el público deseado. Hacer comunicación estratégica les ayudará. Hay que dejar de lado la comunicación del pasado con la que el político se empeña en “decir y decir”, pensado que así se influye y asumiendo que las personas son tontos útiles a sus propósitos. La comunicación ya se modernizó.
- Hay que ofrecer recompensas materiales a los electores potenciales, porque no hay nada más efectivo que hacerse del apoyo social, a partir de dar recompensas. Aquí me refiero a dar de manera generosa elementos materiales, pero de forma ética y que perduren en el tiempo; por ejemplo, acercar a la gente becas, créditos, incrementos salariales, estudios, libros, tabletas, etc. Cuando alguien recibe un bien material, suele anclarse a tus intereses.
La mujer que aspire a ser candidata en Michoacán 2021 no debería hacerse invisible. Las mujeres están a tiempo de trabajar de manera profesional, sobre todo, de manera innovadora y creativa.
Aquella mujer que hace política clásica, intentará “hacer amarres” debajo de la mesa y sometiéndose a sus dirigentes, aunque en su discurso se indignen por el machismo.
La mujer política más moderna, se preparará mejor, adquirirá mayores habilidades y destrezas técnicas, combinará lo clásico de la política con herramientas y disciplinas que muy pocas utilizarán por su modernidad; de ahí que resultarán más eficaces en campaña.
El hacerse invisibles solo les garantizará apegarse a la frase de los viejos políticos: “el que se mueve, no sale en la foto”.
* El autor estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Ciencia Política y de maestría en Neuromarketing.
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