Es evidente que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, inició una transformación del país. De hecho, arrancó su cuasi-sexenio buscando modificar todo el régimen de gobierno que caracteriza al Sistema Político Mexicano.
Esto se dice de manera simple, pero cambiar un régimen de gobierno implica -desde la óptica de la ciencia política-, modificar las estructuras normativas que dan vida a las instituciones públicas de todo el Sistema. El Sistema Político, implica a las instituciones públicas, y el Régimen de Gobierno, implica la forma de gobierno, reglas, normas y leyes.
En lo personal, me parece normal que esto lo intente una clase política que tiende a ser autocrática, como sucede en otros lugares del mundo en donde la autocracia impera. La pregunta obligada es, si resulta malo hacerlo así. Todo depende del cristal con que se mire.
En democracias consolidadas no ha resultado positivo que las autocracias gobiernen de manera rígida, porque los cambios en exabrupto de regímenes, suelen romper subculturas y conductas ciudadanas, lo cual genera resistencias y caos dentro del propio Sistema.
Así se encuentra el País, y su sistema público de salud transita en esta fase. Andrés Manuel López Obrador llegó con la intención de romper el molde del pasado y el caos se ha presentado como no se había visto en décadas: ausencia de medicamentos, suspensión de programas de salud, infantes desamparados a la suerte, infraestructura hospitalaria en declive, desaparición del Seguro Popular y millones de mexicanos enfermos y en desgracia.
El escenario no es óptimo, pero es lo que hay, y en Michoacán debemos afrontar el caos coyuntural.
Por fortuna , el sistema público de salud en la entidad está saliendo de terapia intensiva. Gobernadores del pasado acabaron con él. Inflaron la nómina “a decir basta”, permitieron que sindicatos se comieran las estructuras burocráticas, hicieron negocios millonarios con los contratistas y utilizaron el Seguro Popular para tomar sus recursos económicos y destinarlos a otros rubros.
Estos son dos escenarios negativos que podrían indicarnos un caos total, pero en contra partida, hay dos escenarios positivos que deben rescatarse para detonar una mejora en el sistema público de salud en Michoacán.
Ahora, ha llegado el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), como respuesta del Gobierno Federal a la desaparición del Seguro Popular, y el Gobierno de Michoacán está ordenando el caos heredado. De hecho, acaba de firmar su adhesión al INSABI, el cual se puede entender de manera simple señalando sus cuatro funciones principales:
- Compra nacional de medicamentos e insumos para la salud.
- Control, seguimiento y auditoría en salud.
- Construcción y mantenimiento de la infraestructura para la salud.
- Plan para regularizar a todos los trabajadores del sector salud.
Ahora, para entender qué sigue en Michoacán con la firma del INSABI, se puede resumir en seis acciones que me parecen muy relevantes, por los aspectos positivos que podrían llegar durante el sexenio de López Obrador:
- Desarrollo del modelo de control, seguimiento y auditoria en salud, lo cual me parece extraordinario para fiscalizar en todo momento a las actuales y futuras administraciones y evitar que nos vuelvan a saquear como en el pasado reciente.
- Reingeniería de recursos humanos, lo cual me parece urgente, ya que el gran lastre en las finanzas públicas de Michoacán tiene que ver directamente con la cantidad excesiva de empleados, sus salarios y prestaciones.
- Se construirá el hospital regional de Lázaro Cárdenas, que servirá de manera adicional, como infraestructura necesaria para impulsar proyectos tipo “Zona Económica Especial”, pero habrá que aterrizar los proyectos y traer inversionistas.
- Construcción de la Unidad de Salud Mental, lo cual es urgente en un Estado como Michoacán, en donde prácticamente está naciendo la conciencia de involucrar la salud mental en el diseño de políticas públicas.
- Construcción de los últimos centros de salud, lo cual es una deuda que nos heredaron gobiernos corruptos y los michoacanos necesitan mejores hospitales.
- Inicio de las operaciones de los hospitales infantil y civil “de Morelia”, los cuales urgen desde hace años y serán un legado importante para el Estado.
El panorama en México no es sencillo y la salud será un tema que pegue o beneficie a los gobernantes en turno. En Michoacán, las cosas están dando un giro y es momento de pedirle aún más al Gobernador. Los michoacanos no merecen menos.
* El autor estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Neuromarketing y de maestría en Ciencia Política.
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