Nos enfrentamos a una emergencia global, y los políticos que parecen no creer en la ciencia nos están poniendo en riesgo a todos. Esa afirmación se aplica igualmente al coronavirus y el cambio climático, lo que habla o sobre la era en que vivimos. Nuestra respuesta al brote cada vez más amplio tiene paralelos sorprendentes con nuestros esfuerzos para combatir el calentamiento.
Que hacer: «Debemos mantener nuestra cautela ante el brote, sin negar el problema ni renunciar a la desesperación»
Primero, debemos escuchar a los científicos. Se han recibido informes de funcionarios de salud pública. Que no deben hablar con los medios sin antes aclararlo con el estado. Esto es un error, como con el cambio climático, la discusión abierta sobre los riesgos y las incertidumbres es el único camino a seguir.
Del mismo modo, la ciencia por sí sola no puede guiar nuestra respuesta. En las próximas semanas, los políticos enfrentarán decisiones difíciles para restringir los movimientos de las personas, tal vez incluso bloquear ciudades como sucedió en Wuhan, China, donde comenzó el brote de Covid-19. Tendrán que sopesar las consecuencias sociales y financieras contra el riesgo para la salud pública. Muchas personas no pueden darse el lujo de autoaislarse sin pagar dos semanas, entonces, ¿deberían los gobiernos pagarles para que se queden en casa? El virólogo no puede responder eso.
A medida que el cambio climático se eleva en la agenda, las personas buscan cada vez más consejos sobre cómo pueden ayudar a mitigar la crisis, ya sea volando menos, reciclando o reduciendo el consumo de carne. El papel de la acción individual en esta lucha todavía se está debatiendo, pero con el coronavirus, está claro que lavarse las manos ayudará a proteger su propia salud y la de los demás.
De hecho, a medida que el virus se propaga, es posible que tengamos que tomar medidas más drásticas, como preparar suministros de alimentos para permitirnos aislarnos. Las personas más jóvenes y saludables en particular deberían ver esto como un deber cívico. Aunque solo pueden desarrollar síntomas leves si se infectan, corren el riesgo de transmitir el virus a personas que tienen muchas probabilidades de ser tan afortunadas
Esto no es una llamada al pánico o comenzar a preparar un búnker. Como con el cambio climático, debemos mantener nuestra precaución, sin negar el problema ni perder la desesperación. El virus puede ser derrotado, pero a qué costo dependerá de nuestra respuesta.
Dr. M. Medina.