Llegó el primer debate oficial por la gubernatura de Michoacán y con éste, la posibilidad de observar y escuchar a la candidata y a los candidatos. ¿Se puede saber quién gano, quién perdió o quién se estancó?, ¿quién se perfila rumbo a posición puntera en la campaña? Desde luego que se puede. Observé todo el debate y una serie de elementos de comunicación en todos que les quiero compartir.
Carlos Herrera Tello, del Equipo por Michoacán (PAN-PRI-PRD).
- Lenguaje verbal: Utilizó palabras como: chamba, chambear, chavos, paisanos, paisanas, lo cual tiene que ver con el lenguaje que le han construido para campaña y conectar con los más jóvenes. Se mostró entrenado para responder a su relación con el Gobernador, Silvano Aureoles: “Yo no sudo calenturas ajenas”. Esta afirmación es categórica y le permitió marcar distancia clara con el Gobernador. Un punto que no me agradó, es que presentó “demasiadas propuestas” y esto suele ir en contra; ¿por qué? Porque el cerebro humano no está acostumbrado para retener demasiada información; la gente no recordará tantas propuestas. Eso sí, con esto, es congruente en su mensaje de ser “el candidato de las propuestas”. En ciertos momentos, noté forzada su comunicación, por ejemplo, el deseo de comunicar signos o símbolos, por ejemplo: cuando habló del indigenismo, dijo: “vean mi camisa”. Este comentario estuvo de más, porque la camisa, comunicaba por sí misma.
- Lenguaje paraverbal: Buen ritmo y velocidad en su voz. Hizo buenas pausas y énfasis en momentos clave de su discurso. Lo noté entrenado en este lenguaje.
- Lenguaje corporal: Gesticuló bien con las manos y el resto del cuerpo, pero cuando no leyó. Por momentos, volteó indeciso a ver a sus rivales. Un punto que puede mejorar es no sonreír todo el tiempo. Temas como la seguridad o la violencia, no implican sonreír, porque genera disonancia cognitiva.
- Se notó que tiene conocimiento en cifras, esto le permitió contextualizar muy bien.
- Leyó un poco para afinar cifras y esto lo hizo ver preocupado por ser preciso. Su comunicación es más poderosa cuando no lee.
- Vestimenta: Guayabera y tenis. Se le vio ligero de vestimenta, adhoc a su mensaje que le han segmentado. Es claro que va por los jóvenes.
- Se le notó muy estructurado, entrenado. Se preparó para el debate.
- “Tengo clara experiencia…”, dijo varias veces, al mismo tiempo que tocaba los micrófonos, lo cual lo hizo comunicar ansiedad, nerviosismo.
Abraham Sánchez.
- Lenguaje verbal: Dijo: “tengo cuatro años haciendo las soluciones”, pero nunca dijo cuáles. Utilizó muchos lugares comunes, lo cual seguramente lo hizo sentir cómodo, pero eso no conecta con el cerebro de la audiencia, porque hay memoria y la gente sabe que no se resuelve mucho. Dijo: “el problema de economía, es un problema de corrupción”. Este tipo de frases, está de moda y se comprenden, pero no ofreció nada para mejorar. Se manifestó por incrementar los salarios. Su discurso suena irreal, y no preparado.
- Lenguaje paraverbal: No hubo tonalidades en su voz. Se le escuchó plano, lo cual complica demasiado la transmisión de emociones.
- Lenguaje corporal: Se aferró al atril, lo cual lo mostró nervioso. No transmitió emociones porque no gesticulo.
- Imagen personal: Apareció sin corbata y sin saco, lo cual fue adecuado porque lo muestra ligero, jovial y adhoc para el momento. Vestir de traje todo el tiempo, ya no opera hoy en día, salvo que tu mensaje tenga ese ingrediente comunicacional.
- Al principio “bailó” mucho en su sitio. Comunicó nerviosismo y agitación en su respiración.
- Reclamó mucho como ciudadano, lo cual evidenció que no se cree la posición que desea ganar.
Mercedes Calderón.
- Lenguaje verbal: Utilizó muchos lugares comunes, por ejemplo: “internet para todos”. Las frases de siempre no conectan con el cerebro de los electores. Golpeó a Carlos Herrera en casi todas sus réplicas, lo cual evidenció su estrategia de ir por el posible puntero en la contienda.
- Lenguaje paraverbal: Su dicción no es la mejor, tartamudea cuando improvisa. Su respiración es deficiente, como si tuviera un problema en la nariz, por lo tanto, su tono de voz es agudo (chillón) y por momentos se escuchó sofocada, como por falta de aire. No está entrenada.
- Lenguaje corporal: Rígida, con los ojos en los papeles, lo cual la desconectó de la audiencia. Error que la mató.
- Imagen personal: Utilizó un pañuelo en la muñeca que mostró en algún momento del debate. Esto la hizo ver con una comunicación forzada, además, el pañuelo distrajo todo el tiempo.
- Leyó casi todo el debate, lo cual la distanció de la audiencia.
- Sus alhajas distrajeron. Un gran error, portarlas de tamaño grande porque concentraron el foco de atención, que en realidad debió ser su rostro, manos y brazos. Esto se ofrece en talleres de lenguaje corporal.
- No hizo gestos con las manos, porque estuvo más preocupada por leer.
- Su cabello estuvo suelto y entonces comunicó “belleza, sensualidad”. El cabello agarrado, comunica persona de trabajo. Ella decidió presentarse como: “mujer bonita”.
- Sus lentes fueron muy modernos se convirtieron el foco de atención. Sin duda, no está entrenada.
Cristóbal Arias.
- Lenguaje verbal: Sus ideas son muy genéricas y por lo tanto suenan falsas. Dijo: “Impulsaremos el sector salud al 100%”. Dijo que lo haría “con lo que corresponde al gobierno del Estado y en coordinación con el gobierno federal”; estos lugares comunes hicieron muy débil su discurso.
- Lenguaje paraverbal: Tuvo muy buenos cambios de tonalidades en su voz, buen ritmo y buena velocidad. En términos generales mostró buena dicción. Su tono fue conciliador, como si le hubieran dicho que, en un foro anterior, su tono y retórica fue “pandilleril”, agresiva, sobre todo hacia Mercedes Calderón.
- Lenguaje corporal: Gesticuló bien con las manos, pero solo volteó a ver a los moderadores del debate. Eso le restó fuerza. Mirar a los contendientes en ocasiones y a la cámara, le hubiera dado mayor versatilidad, pero no lo entrenaron para debatir en un formato así.
- Gesticuló muy bien con las manos, sin embargo, el subconsciente hizo su trabajo: hizo varios señalamientos con su dedo índice en firme, lo cual lo hizo ver agresivo y autoritario.
- Muy buenos gestos de acompañamiento con sus manos; marcó bien sus movimientos y le permitió transmitir emociones.
- Fue pésimo para medir el tiempo; su viejo esquema de retórica, lo hizo perder el tiempo. Perdió tiempo en verborrea y salamería. Su oratoria es de la vieja escuela, en la que se tiene que quedar bien con todos, porque así les enseñaron “que es correcto”.
- Con saco, pero sin corbata, lo cual lo mostró ligero, cómodo y no se vio mal. Es delgado y la ropa le lució muy bien.
- Se dedicó a responder mucho lo que hizo como Senador, pero eso lo desconcentró y no le permitió aterrizar compromisos o propuestas concretas.
- Su retórica, el siglo pasado era un plus a favor, pero hoy lo fulmina para el tipo de comunicación, para el tipo de esquemas y el tiempo de atención que guarda el cerebro humano. No está estrenado en comunicación moderna.
Juan Antonio Magaña de la Mora.
- Lenguaje verbal: Llamó varias veces a no leer, lo cual mostró que su estrategia fue exhibir las debilidades de sus oponentes. Muy pobre su discurso en materia de sindicatos, porque sus propuestas fueron más de lo mismo. No hubo innovación o disrupción en este rubro toral para el Estado.
- Lenguaje paraverbal: Mostró buena dicción. En términos generales no tartamudeó, pero en los temas incómodos, se refugió en lugares comunes que no conectan con las audiencias, porque está comprobado que no hay buenos resultados.
- Lenguaje corporal: Sus gestos con las manos fueron muy débiles. Hizo sus manos “delgaditas” al juntar los dedos y eso le restó fuerza y la posibilidad de marcar aún más su comunicación.
- Se vistió adecuadamente con traje, pero el saco le quedó grande de las mangas.
- Utilizó frases como: “en mi gobierno, procuraré”, y esto lo hizo ver indeciso. No se cree el puesto por el que compite.
- Estuvo muy rígido con sus manos.
- Varias veces se le fue el tiempo, porque su retórica es inadecuada. No estuvo entrenado para el debate, respecto a comunicación moderna.
Hipólito Mora.
- Lenguaje verbal: Sus ideas son vacías. Le preguntaron: ¿Con qué dinero? Respondió: “Con un gobierno honesto”. Muchos lugares comunes, por ejemplo: “me comprometo a trabajar para ustedes”. Esto no conecta con las audiencias.
- Lenguaje paraverbal: Plano, no hay modulaciones en su voz. Se notó demasiado que le costaba pensar y articular. Habló muy lento lo cual es fulminante para el cerebro de las personas que lo escuchan. Se aburren, se desconectan y se van.
- Lenguaje corporal: Estuvo muy rígido, no gesticuló con manos y brazos.
- Su retórica fue de reclamos, por ejemplo: “nos han olvidado”. Esto lo mostró no convencido del puesto por el que compite.
- La vestimenta, fue clásica de él. No vario, lo cual no le resta, pero no le suma.
¿Quién gano entonces?
Desde una perspectiva de neurocomunicación y neuromarketing político, el ganador fue Carlos Herrera, del Equipo por Michoacán. Sin duda trae estrategia de comunicación, además, se nota que lo están entrenando. Desde luego, aún le aprecio áreas de oportunidad en su comunicación y marketing, que comentaré en otro momento.
¿Quién perdió entonces?
Me parece que el resto de los contendientes deben mejorar. Tienen tiempo y habrá más debates.
Todos tienes cualidades, sin duda, pero los debates se ganan con propuestas y con la transmisión de emociones. La neurociencia aplicada a la comunicación y el marketing, sirve para lograr eso.
Eso sí, a ninguno de los candidatos o a la candidata les aprecié que utilizaran neuro-comunicación y neuro-marketing político. Con seguridad, con esto obtendrían diferenciadores para su marca personal y política.
* El autor es consultor, estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.
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