Por Martha Elba Torres Martínez
La Entrega–Recepción, además de un proceso jurídico-administrativo que implica toda la información ordenada, completa y oportuna sobre los bienes muebles, inmuebles, infraestructura, equipamiento, archivos, almacenes, inventarios, fondos, valores y demás documentos relacionados con el ejercicio público estatal, es el escaparate de quienes generalmente se perfilan para ocupar los cargos en el siguiente gobierno.
El lunes 12, aun sin validarse por el Tribunal Electoral federal la elección que le dio el triunfo, Alfredo Ramírez Bedolla presentó a su Equipo de Transición: 20 mujeres y 21 hombres, incluyendo al coordinador del grupo, Isidoro Ruiz Argáiz; 14 de ellas, con posgrados concluidos o en curso, y de ellos, solo dos con doctorado; tres con maestría y dos médicos con especialidad. Del total, 23 “orgánicos” o “fundadores”. Algunas y algunos, también arrastran pecadillos.
Cuentan con cédula de doctorado Gabriela Molina, Yarabí Avila (ex priísta), Marx Aguirre (del Verde) y Julissa Suárez; con maestría: Teresa Mora, Mariana Sosa, Graciela Andrade, Tamara Sosa, Mercedes Calderón (MC), Teresa López y Elvia Higuera, quien además es doctorante; Marcela Barrientos, Giulianna Bugarini, Gladys Butanda y Breda Fraga, maestrantes. Con licenciatura: Alejandra Anguiano, Zenaida Salvador, Yolanda Guerrero y Andrea Serna; Ana Lilia Guillén, se dice profesora de labores, artes manuales y economía doméstica, y ha sido diputada local y federal.
Pero algo pasó entre la presentación del equipo de transición en la RP de ese lunes, y la difusión a los medios de las currículas en PDF, que desapareció Carolina Rangel, diputada federal suplente de Reyna Celeste Aparicio.
Rangel Gracida fue subdelegada regional del Bienestar para Morelia y representante de Raúl Morón en la Mesa de Seguridad y Construcción de la Paz para Michoacán. Luego se fue a la Ciudad de México a formar parte de la “ayudantía” del presidente López Obrador, hasta que fue mencionada el lunes, en el equipo.
Por el perfil académico de los varones que pudo ubicarse en sus cuentas de redes y LinkedIn, confirman que prefieren la grilla a la superación académica. Con maestría: César Flores, Luis Navarro, Luis David Soto; médicos con subespecialidad en Fertilidad, Hebert Flores, y Elías Ibarra en Pediatría; Humberto Urquiza y Víctor Toledo Manzur, los únicos con doctorado.
Con licenciatura: el propio Isidoro Ruiz; Carlos Torres, Óscar Celis, Antonio Godoy, Rubén Pedraza, Juan Manzo, Claudio Méndez, José María Valencia, Eustolio Nava (ex priísta), David Alfaro, Víctor Báez; sin título pero con basta experiencia en el sector turístico, Roberto Monroy; sin carrera Feliciano Flores, e Hirepan Maya, con educación básica…
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No obstante, de la formación académica y profesional de las y los integrantes del Equipo de Transición, se pueden perfilar prospectos para las dependencias del gabinete entrante, insisto, de validarse la gubernatura entrante.
Cuatro secretarías son estratégicas: de Gobierno, Finanzas y Administración, Educación y Seguridad, así como la o el jefe de Oficina del Gobernador. O sea, el que tiene el poder del picaporte.
En el equipo, hay potencial -unos con pecadillos-, pero será decisión del jefe de jefes. Lo evidente en el análisis de los perfiles, es que Raúl Morón lleva mano con nueve procedentes directamente de su grupo; seis de Leonel Godoy, y de Lázaro, solo Ruiz Argáiz.
Por más que lo nieguen, cuatro tuvieron la oportunidad con Silvano Aureoles y el resto, partidistas “orgánicos”; oportunistas, un resucitado del tinoquismo y el extraño caso del ginecoobstetra especialista en fertilidad sin ningún antecedente en el sector público de salud con cargo de mando, pero que si cobró 300 mil pesos al Senado de la República “por servicios profesionales de asesoría” de 2018 a 2019.
¿Cuántos de Ramírez Bedolla, de origen? El único que ha estado con él, desde la curul local de representación proporcional, es el periodista Carlos Márquez, pero no aparece en el equipo.
La Secretaría de Educación siempre es un dolor de cabeza para todo mandatario estatal y más, para sus titulares. Si no, hay que preguntar a Chela Andrade -secretaria con Godoy- y a David Alfaro -con Tinoco Rubí-, que salieron bien raspados.
Ella, fue inhabilitada por tres años por la Auditoría Superior de Michoacán en 2014, debido a irregularidades en la entrega de 86 millones de pesos al dirigente estatal del PT, Reginaldo Sandoval, para sus CENDIs. Alfaro Garcés tuvo que salir tras el escándalo del megachayote de 2.5 mdp a David Correa, entonces líder de la D-III-6. La que pagó con el despido e inhabilitación por dos años, fue la entonces directora de Finanzas de la dependencia, Carmen Cevallos.
Entonces, los líderes magisteriales que ni se hagan pato, o ganso: así se “apagaban” las protestas, tomas y movilizaciones.
Para Seguridad Pública, la perfilada es Julissa Suárez, gente de Morón Orozco. Pero la decisión vendrá del centro, y podría ser un general, ahora que la GN regresará al uniforme castrense.
La Secretaría de Gobierno es la más complicada. Quieren Carlos Torres y Víctor Báez; vino a levantar la mano, Fidel Calderón, diputado local electo y ex secretario de Gobierno con Leonel. Eso predestapar como corcholata a Alfredo para el 2024, solo se prestó al pitorreo. Pero enfrente tienen al propio Raúl Morón, que ahora sí, literal, le sobran oportunidades de trabajo.
Otro con un feo pecadillo, es Luis David Soto Quizaman. El morenista “orgánico” salió muy mal de la secretaría de Finanzas del partido en 2015, pues no comprobó el destino de un millón y medio de pesos de las prerrogativas; es propietario del grupo comercial Armony SA de CV y en internet se localizan convenios de obras con el OOAPAS de Morelia; además, se autocandidateó como sustituto del propio Morón. Solo hizo el ridículo.
Lo que sigue siendo un misterio, es gracias a quién y cómo se incorpora el destacadísimo etnoecólogo y ambientalista, Víctor Toledo, a la campaña de Alfredo y al Equipo de Transición. Michoacán no le es ajeno, pues realizó mucha investigación en el CREFAL de Pátzcuaro, donde conoció a Mercedes Calderón, quien era directora de la institución. Forjaron una gran amistad, al grado que lo acompañó en trabajos internacionales.
Entonces, se explica porqué la ex candidata a gobernadora de Movimiento Ciudadano se incorpora a la causa de Alfredo y no por negociaciones vulgares, como especularon pseudoanalistas políticos locales.
Pero con Toledo Manzur, hay un pequeño detalle que no se puede pasar por alto, porque tiene qué ver con la réplica, en lo local, del proyecto de la 4T que jura y perjura Alfredo, va a aplicar en Michoacán.
Ya nos chingamos.
El caso, que el científico -y que ojalá Alfredo, si es gobernador, escuche con seriedad y mente abierta- no cree en la 4T como forma de gobierno, porque en el gabinete terminan encarándose las luchas de poder y surgen las contradicciones en el mismo proyecto.
Nada más hay que revisar ese audio que circuló a principios de agosto de 2020, en el que Víctor Toledo, como titular de la Semarnat, en una postura autocrítica admirable, develó las pugnas internas por el poder al interior del gabinete presidencial. A finales de ese mes, ya había renunciado al cargo; nueve meses después reaparece en Michoacán, estado que seguramente quiere tanto, al grado de dejar aquí -si se puede- toda su sapiencia.
Cabe la pregunta: ¿qué va a hacer, si se reproduce en Michoacán lo que valientemente cuestionó? ¿Qué diferencia hay, cuando Ramírez Bedolla prometió aplicar el gobierno de la 4T con todas sus contradicciones?
Ya veremos. Primero, que se valide la elección y luego seguimos…
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LA COMIDILLA
Si aquí no lo quieren escuchar, en otro lado sí. El tiempo y lo que suceda, podrá a cada quien en su lugar…