CDMX, 12 de mayo 2022.- Con plena conciencia de que, quien afirma está obligado a probar, con un expediente repleto de pruebas, Silvano Aureoles esperó por casi cinco horas afuera de Palacio Nacional sentado en un banquito verde. El gobernador de Michoacán llegó dispuesto a probarle a Andrés Manuel López Obrador, que el crimen organizado ayudó al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), recibió el apoyo de grupos criminales para ganar la elección. El 24 de junio de 2021, durante su conferencia de prensa matutina, el presidente emplazó al gobernador, “que lo pruebe si tiene elementos”, y obtuvo respuesta que no quiso escuchar.
El 9 de febrero ya de este año, en El Universal, Salvador García Soto, publicó la investigación, “El Carmona-gate, expediente en poder de la DEA”, en la cual se narra como Sergio Carmona Angulo, habría entregado dinero producto de actividades ilícitas, principalmente, contrabando de gasolina y diésel, las campañas de 15 candidatos de Morena, entre ellas, Michoacán. “Así, Carmona Angulo habría financiado con 500 millones de pesos las campañas morenistas a las 15 gubernaturas que se disputaron en 2021. Apoyó financieramente a candidatos de Morena en Nuevo León, Nayarit, Zacatecas, Campeche, Sinaloa, Michoacán y en las dos Baja Californias». (https://www.eluniversal.com.mx/opinion/salvador-garcia-soto/el-carmona-gate-expediente-en-poder-de-la-dea)
Una investigación publicada el pasado 10 de mayo por The Dallas Chronicle, confirma lo escrito dos meses antes por García Soto. El diario norteamericano identifica a Sergio Carmona Angulo como, “el rey del huachicol”, actividad ilícita que le permitía ingresos económicos mensuales de entre dos y tres millones de dólares. El U.S. Department of the Treasury, descubrió una red de cuentas bancarias en paraísos fiscales como Islas Caimán y Bermudas por millones de dólares y se asegura que Carmona Angulo habría construido una red de corrupción con políticos vinculados a Morena, como Mario Delgado y el apoyo a candidaturas morenistas en varios estados del país, entre ellos, Alfredo Ramírez Bedolla al gobierno de Michoacán.
El 14 de abril, otro medio de comunicación, www.periodismonewsmty.com, reafirma el perfil delincuencial de Sergio Carmona Angulo, a quién vinculan con, Carlos Canturosas, ex alcalde de Nuevo Laredo, ahora principal operador financiero de la campaña de Américo Villarreal, candidato a la gubernatura de Tamaulipas por la alianza de los partidos Morena, PT y Verde.
Según la publicación regiomontana, Canturosas es buscado por Interpol desde 2018 por el desvío de más de 47 millones de pesos del erario público. “El empresario (Sergio Carmona Angulo), señalado por apoyar con dinero ilícito varias campañas a la gubernatura de candidatos de Morena, incluyendo a Américo Villarreal, a quien le habría entregado 35 millones de pesos para su precampaña en Tamaulipas. Además, es señalado como el enlace, junto al ex delegado de SCT en Nuevo León, José Adalberto Vega, para las entregas de dinero con el cual Sergio Carmona financió a candidatos de Morena en varios estados, entre ellos, el hoy gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya; Miguel Ángel Navarro, de Nayarit; Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán; Marina del Pilar Ávila de Baja California y Clara Luz Flores junto a su esposo, Abel Guerra, de Nuevo León».
Casi un año después está ante nuestros ojos la evidente prueba de que lo dicho por Aureoles es verdad; las horas que esperó el gobernador michoacano sentado en un banquito verde frente a Palacio Nacional demuestran que, López Obrador se negó a recibir la evidencia de la colusión de su partido con narcotraficantes y delincuentes. “Lo reitero, es mi profunda preocupación que en el caso de Michoacán regresen los narcogobiernos que tanto daño le generaron al estado”, dijo ese 29 junio Silvano.
Y así es, hoy Michoacán vive sumido en el miedo por los vacíos de poder, resultado de la incompetencia de la administración que encabeza, Alfredo Ramírez Bedolla. Esos espacios han sido ocupados por la delincuencia organizado que lleva a la entidad a vivir en un estado sin derecho.