Si los comunicados de prensa no mienten, en septiembre de 2021, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla anunció que consiguió con el Gobierno Federal, recursos extraordinarios por 3 mil 822 millones de pesos para cubrir salarios a los trabajadores del sector educativo. Con esa lana, se garantizaba el pago de salarios y prestaciones por lo que restaba del año.
En noviembre de 2021, juró que aun cuando no se concretara la federalización de la nómina magisterial, el Presupuesto de Egresos 2022 y el convenio UO80 con el Gobierno Central, garantizaban las quincenas completas y a tiempo, para este año.
El 26 de abril de 2022, el Gobierno de México a través de la SEP anunció que asumiría el control de la nómina de todos los docentes del país para liberar a los gobiernos estatales de este pesado gasto. Horas después se retractó de la nueva buena para el magisterio.
Diciembre de 2019. Como diputado local, Ramírez Bedolla se opuso a la integración de un crédito etiquetado en el Presupuesto de Egresos 2020, por 4 mil 90 mdp. “No podemos poner en riesgo la estabilidad financiera de Michoacán a mediano y largo plazo, ya que dejará comprometido el 98 por ciento de las participaciones federales para el pago a bancos”, repetía reiteradamente desde la tribuna del Congreso local.
Octubre de 2021. A dos semanas de asumir la gubernatura, Bedolla contrató con Banorte un crédito por mil 400 mdp pagadero a un año.
Esta segunda semana de julio, ya no le importó mucho hipotecar las participaciones federales con las que tendrán que lidiar los siguientes cuatro gobernadores, porque refinanciará, con la autorización del Congreso, la deuda bancaria contratada desde Lázaro Cárdenas Batel (2002-2008) hasta Silvano Aureoles (2015-2021), por un monto de cerca de 19,600 mdp. Y en el peor momento por el ciclo alcista de las tasas de interés.
¿Qué pasó? Lo que esta columnista vino advirtiendo desde finales del año pasado: el gobierno de AMLO ha sido el más gandalla con los estados, y Michoacán le importa un bledo.
Nunca hubo “recursos extraordinarios”, fue adelanto de participaciones; el dinero para la nómina a través del U080 no alcanza y todos los días le aparece la CNTE “eventuales” y adeudos. Y todavía tiene que liquidar el crédito de mil,400 mdp que contrató para este año, más los 4 mil 90 mdp del crédito de 2020 y del que dice, no se abonó ni un peso a capital.
Estado de la cuestión, es que el que no tiene ni un peso, es el gobierno morenista y a partir de este mes de este mismo mes, consideraba un recorte drástico al gasto gubernamental por el orden de los mil 500 mdp y habría otra vez, problemas financieros para cerrar 2022…
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Toda la campaña del 2021, el gobernador morenista se la pasó cuestionando el destino del famoso crédito por 4 mil 90 mdp, y ahora usó ese “año de gracia” para justificar el refinanciamiento de la deuda a largo plazo. Y tan sencillo: podía preguntarle a Silvano, ahora que ya reapareció en Michoacán.
Lo mejor es lo que se va a poner -parafraseando al ilustre AMLO- con el retorno a la vida pública y política del perredista.
A los nueve meses cumplidos -supongo que fue el acuerdo con la alta esfera del Presidente-, Aureoles reactivó sus cuentas en FB y Twitter, posteando encuentros con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas; con el arzobispo de Morelia Carlos Garfias, y con la bancada del PRD en el Congreso local. Es larga la agenda de citas del ex gobernador porque aunque no lo crean, tiene más amigos de los que se imaginan.
Víctor Manríquez González, coordinador del grupo amarillo, lo explicó más clarito:
“El Congreso del estado mandató en específico, sobre ese crédito por 4 mil 90 millones de pesos, un periodo de gracia para pago de capital hasta de 12 meses, contados a partir de la primera disposición del crédito y el Ejecutivo acató la disposición”. Zanjadas las dudas, la 75 Legislatura en menos que canta un gallo le autorizó el refinanciamiento “por el bien de las finanzas del estado”.
Silvano recibió en 2015, deuda a largo plazo por más de 18 mil mdp, terminó con la bursatilización de deuda que contrató Cárdenas Batel de 2002 a 2008 y con la terrible “licuadora” que operó en los mandatos de Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Salvador Jara, pero la pesada carga del déficit en el sector educativo nunca pudo -ni podrá- estabilizar las finanzas de Michoacán.
A pesar de su promesa, López Obrador no federalizó la nómina magisterial con Silvano Aureoles y tampoco lo va a hacer con Ramírez Bedolla. Esta es la fría realidad. Ahora el gobernador morenista contratará deuda para pagar deuda y seguiremos en las mismas. Al tiempo…
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El pasado fin de semana, el Presidente visitó Buchil, Ixtapa, Ocosingo, San Cristóbal de las Casas y Villa de Corzo, en Chiapas. Un estado pobre, pobrísimo, a pesar de toda la atención prestada desde que se visibilizó internacionalmente con el levantamiento zapatista.
En cuatro años, para Chiapas, tarjetas y sucursales del Banco del Bienestar. Por ejemplo, la anhelada carretera San Cristóbal-Ocosingo nada más no se concreta, porque en ese tiempo, el gobernador Rutilio Escandón no ha avanzado con el derecho de vía. “No es su culpa -justificó AMLO-, sino porque unos quieren y otros no”. Y entonces ¿por qué para el Tren Maya sí aplica la expropiación en beneficio del pueblo?
En cada una de las cuatro plazas visitadas, la retórica presidencial fue la misma, los programas sociales. “Aunque ya sea veterano (las y los viejitos), puede venir solo, con su tarjeta; si no, alguien de la familia que lo acompañe. Pero él puede, sin necesitar de nadie, venir y recibir lo que por derecho le corresponde. Porque es apenas una pequeña recompensa para todos los adultos mayores del país que ya trabajaron, ya ayudaron al desarrollo de México y es justo que en el último tramo de su existencia puedan vivir con un poquito de holgura, de emoción, de decir: ‘Tengo mi apoyo, mi reconocimiento’.
“Y lo mismo para personas con discapacidad, lo mismo para becarios, para los que están en Sembrando Vida, los Jóvenes Construyendo el Futuro, para los que reciben el apoyo para Producción para el Bienestar, todos con su tarjeta.
“Y ya va a quedar establecido el sistema para cuando nosotros ya no estemos en el gobierno. Porque tenemos que entregar el gobierno a finales de septiembre del 2024. Pero no deben ustedes preocuparse, porque todo lo estamos dejando ya bien amarrado, llegue quien llegue.
-¡Seis años más!, gritó el gentío.
“No, no hace falta la reelección. Acuérdense lo que decía el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero: sufragio efectivo, no reelección. Entonces, ya van a llegar otros. Hay relevo”.
Entonces es fácil entender esa máquina de votantes que meticulosamente aceita López Obrador para garantizar la continuidad de su “transformación”. Tiene todo amarrado, el voto y el relevo.
En consecuencia, ¿para qué las encuestas de Morena para la candidatura presidencial si ya tiene “el relevo”?
Por eso el discurso de Ricardo Monreal contra el vil dedazo disfrazado de encuestas. López Obrador va a señalar a su candidato, como ha impuesto en gubernaturas a impresentables y buenos para nada.
Por eso su llamado a las y los morenistas a no permitir que las viejas prácticas de los partidos que se están extinguiendo se repitan en Morena. “No queremos que traigan esas prácticas a Morena y a nuestro movimiento y por eso tenemos que actuar con congruencia y pedir la democratización de las decisiones y pedir que se tome en cuenta a la gente; es la única manera de salir adelante y de culminar este proceso de transformación política”.
La maldición en Morena: la democracia es traición…