Cuando me inicié en el mundo del feminismo recién entraba a la universidad y me maravillaba conocer este nueva forma de mirarlo , donde mujeres de todas la latitudes, del antes y del hoy, de diferentes edades e historias de vida confabulaban un movimiento lleno de posibilidades , donde las mujeres emancipadas decidían sobre la vida que querían vivir, una vida de igualdades, de oportunidad, una vida libre de violencia y en libertad, con todo el camino que conlleva para su materialización, así inicie mi militancia feminista, no podría decir que perfecta, pero al fin mía.
Los años me llevaron a ejercer mi militancia feminista desde el ámbito político siempre con las gafas violetas bien puestas, lo cual me hace replantearme y re pensar todos los escenarios, situaciones y omisiones que pueden vulnerar el desarrollo pleno de las mujeres en el espacio político todos los días, pero también en nuestra vida en sociedad, todas esas transformaciones urgentes en el presente inmediato para que las mujeres tengamos mejores condiciones de vida.
Es entonces que desde este caminar político y feminista, por años escuche y hasta normalicé la frase “Si llega una, llegamos todas”, frase legítima en la construcción sufragista de la cual hoy somos beneficiarias todas la mujeres , beneficio que la mayoría experimenta en los comicios electorales cada 3 o 6 años, beneficio que tenemos hoy quienes dedicamos nuestra vida al servicio público desde la política, beneficio de las legisladoras de todos los niveles y mujeres autoridades de gobierno que viven esta posibilidad por las sufragistas. Sin embargo, en el México presente, esta frase se vive como falacia, y aunque a las más jóvenes nos da esperanza ver cada vez mas mujeres conquistando y llegando a estos espacios, la memoria política nos dice que no siempre que llega una, llegamos todas; para ejemplo nuestras nombradas “legislaturas de la paridad”, donde numéricamente somos iguales y en algunas hasta más, pero la agenda por los derechos humanos de las mujeres sigue estancada. En Michoacán no es la excepción con 25 diputadas siendo mayoría en el congreso del estado, la prueba es palpable, una serie de desafortunadas iniciativas que violentan a las mujeres michoacanas, por no mencionar la serie de tristes e imprecisas declaraciones y omisiones por parte de estas que nos vuelven a comprobar la fórmula de que, si llega una, no llegamos todas.
Las elecciones federales del 2024 se aproximan y a la vuelta de la esquina se vislumbran los perfiles que buscaran las candidaturas, por supuesto la candidatura mas esperada, la que lleva a la presidencia de la república y en ese sentido, el marketing político empieza a hacer bien su trabajo y a resaltar las virtudes del buen gobierno de las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, es entonces que regresa esta frase, para vendernos a las ciudadanas mexicanas, que si llega una mujer a ser presidenta, llegaremos todas y tendremos un gobierno para todas, una nueva falacia que habremos de combatir por que el ejercicio político actual nos dice lo contrario, tendremos que voltear a ver todos los estados donde hoy gobiernan mujeres para identificar si en esos casos concretos en verdad hemos llegado todas y cuando digo todas, es todas, desde estas gafas que también son interseccionales y que nos permiten ver que tienen que llegar las mujeres indígenas, las mujeres con discapacidad, las mujeres de la comunidad LGBT, las mujeres en condiciones de riesgo e históricamente vulneradas.
Y no, no me malentiendan, ni piensen que mido con mayor rigor a las mujeres, pero por lamentable que parezca los hombres lo han hecho siempre y la gran mayoría lo ha hecho mal, repletos de narrativas violentas y patriarcales, ahí no me voy a detener. Pero si creo profundamente que desde el feminismo podemos encontrar nuevas narrativas para construir nuevas realidades y maneras de hacer política y en esas realidades las mujeres no nos podemos permitir hacer política como ellos, incluso por un acto de memoria y justicia social por quienes abrieron caminos.
Hoy la feminización de la política toca nuestra puerta para llamarnos a “que lo más revolucionario y desafiante que hagamos en nuestras vidas, sea vivir como mujeres”. (Feminización de la Política, 2022)
Esta columna es una invitación a desempañar nuestras gafas violetas y abrir mas que nunca los ojos, hay mujeres extraordinarias allá afuera con construcción feminista haciendo política, dentro y fuera de los partidos políticos, hay activistas incansables que harían un fenomenal trabajo legislando y gobernando un país, mirémoslas a ellas, nombrémoslas a ellas y construyamos con ellas, pero tiremos de una vez por todas esa falsa premisa que solo nubla nuestro trayecto para verdaderamente rehacer el poder y llegar juntas, ese día hermanas, verdaderamente llegaremos todas y si alguien falta, lo sabremos ver y actuar en consecuencia.
Citando a la gran Rupi Kaur:
“No me interesa
un feminismo que piensa
que poner a las mujeres en lo más alto
de un sistema opresivo es progreso”
No soy tu figura decorativa