En febrero de 2022, Arturo Zaldívar, entonces ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) denunció que Felipe Calderón, como presidente del país, lo presionó para modificar el proyecto de sentencia sobre el caso de la Guardería ABC con el fin de proteger a la familia de su esposa.
El 6 de septiembre de ese mismo año en su “mañanera”, el presidente López Obrador aceptó que presionó a los ministros de la Corte para que no avalaran la eliminación de la prisión preventiva oficiosa. Apenas el pasado 14 de este mes, admitió que citó a las y los cuatro ministros que promovió -Juan Luis González Alcántara, Margarita Ríos-Farjat, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz Ahlf- y a Arturo Zaldívar, para “convencerlos” de su voto en contra al proyecto que invalidó la subordinación de la Guardia Nacional a la Sedena.
¿Cuáles son las diferencias entre lo que hizo Calderón Hinojosa y López Obrador?
Primero, que Felipe no lo hizo en persona sino a través de su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, según Zaldívar, y ambos panistas lo negaron rotundamente.
Dos, que López Obrador es tan bocón que lo hace chisme; que los manda llamar a su Palacio, los amaga de viva voz, y los que no se someten a sus decisiones les dice hipócritas, corruptos y cretinos.
Tres, Felipe se salió con la suya y AMLO todas las pierde porque él y su mayoría legislativa defecan sobre la Constitución y todavía quiere que la Corte los limpie.
“No vengan con ese cuento que la ley es la ley”, dijo el 6 de abril de 2022 a propósito de la reforma eléctrica y a la Ley en materia. Entiende, pero no acepta el Presidente, que la Constitución es la Constitución, como está; que nadie se zurra en ella como cualquier perro en la banqueta, y que otorga los instrumentos de la controversia y acción de inconstitucional como frenos al abuso de poder y guarda a los contrapesos entre Poderes. Nada más fue la bicoca de 195 promociones en contra del segundo paquete de reformas electorales -el plan B-, que con 9 votos a favor y 2 en contra, la Corte invalidó ayer.
Zaldívar Lelo de Larrea -que volvió a votar contra su amigo López Obrador-, se jacta de la relación cordial, afectuosa y respetuosa con el Presidente de la República. “Es un hombre al que le tengo aprecio, que ha sido profundamente respetuoso con la independencia del Poder Judicial. No hemos recibido de su parte, ninguna insinuación, ninguna recomendación, mucho menos presión en los asuntos que estamos manejando”.
Cómo se explica entonces que en octubre de 2019, el ministro Eduardo Medina Mora, cuyo nombramiento en 2015 fue harto cuestionado por su cercanía con los presidentes panistas y luego con Peña Nieto, lo haya obligado a renunciar sin argumentar causa grave, como establece la Constitución.
AMLO no nada más tolera sino fomenta el grotesco plantón de sus fans a las puertas de la Corte; se rio y hasta mofó del cortejo fúnebre para la ministra presidente Norma Piña, que le obsequió el desquiciado gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García. Y nótese que es el único, de los 22 mandatarios de Morena, que se atreve a tales bajezas.
A lo que voy con esto, no es a los baños de pureza matutinos de López Obrador ni a los disparos que cada rato se da a los pies, sino a las dos variables extrañas que alteraron significativa y ya veremos si determinantemente, sus planes “transformadores” a mitad del mandato: el artículo transitorio que ampliaba inconstitucionalmente por dos años el mandato de Arturo Zaldívar como presidente de la Corte, y la pérdida de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Sin Zaldívar al frente de la Corte -se fue como debía de ser, el 31 de diciembre de 2022- y sin mayoría constitucional, nada más catastrófico para sus “grandes” reformas. Con Norma Piña, la mayoría del Colegiado decide ahora con plena autonomía e independencia del poder presidencial. Y triste papel el de la ministra pirata Yasmín Esquivel, que en una de esas no gane la 4 en el 24 y ella si va tener que renunciar por causa gravísima.
Pero de veras que Dios es grande.
Sin estas dos variables extrañas que actuaron a favor de México, ya no seríamos una democracia sino esa especie distorsionada de ´dictadura de la mayoría´ que AMLO quiere imponer, porque en 2018, en sentido estricto, no ganó con la mayoría de los electores que éramos entonces casi 90 millones, sino con un tercio (30 millones). Y los abstencionistas, aunque no votan, cuentan.
Manuel Roa (2023) acaba de escribir sobre democracia ilimitada y populismo a partir de la más reciente -segunda edición- “Encuesta de Valores Democráticos” levantada por la Fundación para el Progreso y Criteria Chile, donde la mayoría de las y los chilenos (75 por ciento) prefiere la democracia por sobre cualquier otra forma de gobierno, como la dictadura de mayoría.
Explica que esta “versión de democracia ilimitada termina haciendo ascender a líderes populistas e iliberales, los que prometen hacer lo que la mayoría -o el “pueblo”, homogéneo y bondadoso- quiera, anteponiéndola a una supuesta elite, también homogénea, pero toda corrupta. Se presentan ellos como los representantes del “pueblo”. Y retoma Roa a Eugenio Guerrero: “El populismo, con las mismas reglas democráticas, termina pervirtiendo la democracia. En nombre de ésta se erosionan las instituciones, creando así el escenario para gobiernos autoritarios”.
López Obrador y su 4T perdieron 10 millones de votos en 2021; en la consulta de revocación de mandato de 2022 y ya con un padrón de 93 millones, apenas participaron 16 millones; para el 2024 su meta son 33 millones de votos para echar andar el plan C, o sea, otra vez reforma electoral. Ya veremos.
Me quedo con el comentario del ministro Luis María Aguilar: “La Constitución somos todos los mexicanos. Y si no la respetamos y defendemos desde los poderes públicos traicionaríamos nuestro deber de lealtad a la voluntad del pueblo de México”.
Si. Todas y todos somos pueblo. Los 126 millones de habitantes; los que son pejecistas pero también los antipejecistas; los pobres, ricos y clasemedieros aspiracionistas; la diversidad sexual y feministas. Aquí estamos. La Corte escuchó al pueblo…
Bibliografía
Roa, Manuel (23 enero 2023) “Dictadura de la mayoría”, blog Lampadia. Fundación para el Progreso, Chile. Disponible en: https://www.lampadia.com/opiniones/manuel-roa/dictadura-de-la-mayoria/