El país requiere la formulación y operación de propuestas viables sin violentar derechos adquiridos
Morelia Michoacán a 11 de diciembre 2018.-Violentar el Estado de Derecho, no es el camino en México para la construcción de modelos gubernamentales basados en la racionalidad y el equilibrio, subrayó el diputado Adrián López Solís, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
Frente al debate público suscitado por el tema de las remuneraciones de los servidores públicos, reconoció que se trata de un tema sensible entre la opinión pública, sin embargo recordó que en el ejercicio de gobierno se debe ser muy responsable y tener la pericia suficiente para que las demandas sociales lejos de encontrar freno al toparse con la Ley, puedan afianzarse con ésta y ser presente y futuro.
“México ha construido con muchos esfuerzos un andamiaje legal para la protección de derechos; no podemos socavar este esfuerzo de miles de mexicanos atentando por decreto contra los derechos adquiridos por servidores públicos del Poder Judicial y organismos autónomos aunque podamos estar o no de acuerdo con ellos. Aceptar la violación de derechos de unos, es abrir la puerta a la permisibilidad de violación de derechos de todos, propio de los Estados totalitarios”.
Apuntó que en este momento el país requiere la formulación y operación de propuestas viables, que generen condiciones de equilibrio y racionalidad con fundamentos legales y sin la violación de derechos adquiridos.
Adrián López Solís señaló que en Michoacán el esfuerzo es en ese sentido, de ahí su planteamiento de generar una Ley de Racionalidad del Gasto Público, hecha al Congreso del Estado y que se encuentra en proceso de dictaminación.
“La racionalidad va más allá de la simple austeridad, no basta con sólo no gastar, el principio de la racionalidad nos indica en qué debemos dejar de gastar y para qué fin o fines debemos direccionar los ahorros. La racionalidad del gasto público debe ser clara: dejar de gastar en cosas innecesarias y superfluas y dirigir los ahorros a atender las necesidades de la gente”.