Morelia, Michoacán.- A sus 17 años, María Guadalupe C. G., jamás pensó que tendría que enfrentar una difícil prueba: traer al mundo a su hijo, Ángel Gabriel, en las condiciones que le anticiparon los médicos: el pequeño presentó una malformación congénita, por la que fue operado de emergencia. Hoy, gracias a la oportuna atención médica de los especialistas del Hospital de la Mujer, ambos se encuentran fuera de peligro y dados de alta, celebrando la vida.
Historias como ésta se pueden vivir, ahora sí, todos los días, en la red hospitalaria de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), luego del proceso que inició el Gobierno de Silvano Aureoles Conejo, para rescatar la infraestructura hospitalaria del Estado: para poder contar historias de vida de éxito, retratos de servicios con calidad, eficientes, comprometidos y de corazón.
“Mi bebé nació con malformaciones, tenía seis meses de embarazo cuando llegué al Hospital de la Mujer y me dijeron que mi bebé venía con problemas, labio leporino, paladar hendido y con problemitas en la pancita; por las complicaciones, tenía pocas posibilidades de que viviera”, señaló la joven mamá.
Pese al pronóstico reservado, el cuerpo multidisciplinario de médicos y enfermeras jamás se dio por vencido, aplicando todos sus conocimientos y haciendo uso de los recursos disponibles para preservar la vida del menor, logrando estabilizarlo después de una complicada cirugía.
“Cuando nació me lo enseñaron y me dijeron que le costaba respirar, que se lo tenían que llevar, pero que podía morir en dos horas, después de eso mi esposo fue a conocerlo; le pusieron un tubito para que respirara y poco a poco fue tranquilizándose”, recordó con un nudo en la garganta, casi sin poder contener la emoción; y agregó: “lo operaron, de hecho le pusieron una valvulita en la cabeza, me dijeron que iba bien, que reaccionó muy bien a la operación, y ahorita me dijeron que si él seguía así, a lo mejor en unos días ya me lo pueden entregar”.
La especialista en neonatología, Nora Arias Coria, explicó a grandes rasgos el cuadro clínico de Ángel Gael: “es un niño que tiene ya más de un mes de vida, con una malformación de nacimiento en su cerebro llamada hidrocefalia y tiene que ver con la acumulación de líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro, esa condición no es normal, porque si permitimos que este líquido se incremente más de lo normal, el desarrollo del cerebro no es el adecuado”.
Agregó que aún y cuando el pronóstico para la vida era poco positivo, las ganas de vivir del pequeño ayudaron a que lograra ir superando todos los problemas; mediante la cirugía realizada, se le colocó una válvula conectada de la cabeza al abdomen, con este dispositivo se va eliminando todo el exceso de líquido cefalorraquídeo para que el cerebro tenga oportunidad de desarrollo.
“El bebé ha respondido a los tratamientos, siguió con una semana de tratamiento con antibióticos después de la cirugía y para que lograra succionar, que es algo básico que un bebé tiene que hacer para que se pueda alimentar en casa y cumpliendo eso, fue dado de alta”, concluyó la especialista.
Hoy María Guadalupe sonríe a la vida, la celebra con su bebé estable y mejores expectativas de vida. Comparte su experiencia y su historia en este Hospital michoacano, cuyo personal fue determinante para que el pequeño supere -y siga haciéndolo-, los retos de salud que enfrenta.
Aquí, en el Hospital de la Mujer, “nos han tratado bien, el bebé ha tenido muchos cambios, ya está mejor, subió de peso, ya se le ve más el colorcito, y ha crecido mucho; de verdad, muchas gracias, porque cuando yo lo vi estaba muy mal y pues, con sus atenciones, se va a recuperar mi niño. También gracias a la directora que nos ha ayudado, a las trabajadoras sociales que nos han apoyado. A todos gracias”, se despide, feliz con su pequeño gran guerrero.