Carlos Romero Deschamps renunció este miércoles como líder del sindicato petrolero, luego de que autoridades abrieron investigaciones en su contra por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, esto tras una asamblea gremial a puertas cerradas.
Romero ocupaba el cargo desde 1993 y aún le quedaban cinco años más para concluir el período para el cual fue reelecto en 2017.
A fines de julio, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda dijo que presentó ante la fiscalía dos denuncias contra Romero y varios familiares, que derivaron en una investigación por enriquecimiento ilícito.
La renuncia de Romero le sigue a la reciente dimisión de un juez de la Suprema Corte, Eduardo Medina, y abre el camino para convocar a elecciones libres de una nueva dirigencia en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), una vieja petición de los trabajadores.
Romero, de 76 años, ha sido señalado en diversas oportunidades de presunta corrupción y por usar los fondos del sindicato para enriquecerse, sin embargo, nunca ha sido acusado formalmente.
Diversos medios han reportado la vida de lujo de Romero y su familia: Ferraris, relojes de oro de 18 quilates, yates y departamentos en las zonas más exclusivas de Miami son algunas de sus supuestas posesiones.
Sin tapujos, los hijos de Romero han mostrado imágenes de sus viajes alrededor del mundo en redes sociales y de sus compras en tiendas de lujo.
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