Me preocupa la violencia en el país, y se cerrará el año 2019 como el año más violento de la historia reciente; eso, a nadie debe tener tranquilo.
La inquietud mayor que tengo, es que en los municipios michoacanos -particularmente en Morelia-, los alcaldes están mirando para otro lado.
Los índices de violencia están disparados en algunos municipios, y aquello que parece feminicidio, está siéndolo, además de ser evidente que los alcaldes y sus cuerpos de policía no saben qué hacer.
Vea usted. De acuerdo al Secretariado Ejecutivo, del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Morelia es la ciudad más peligrosa de Michoacán, contabilizando un total de 240 homicidios en lo que va de 2019. Tan solo en dos días, martes y miércoles de esta semana, en la capital de Michoacán fueron asesinadas 14 personas, entre hombres y mujeres.
Un dato más: este día miércoles 04 de diciembre de 2019, ya se registró el asesinato de cuatro jóvenes y el día aún no termina.
Es un hecho, ni con “reuniones tempraneras”, ni con cifras o con el gabinete de seguridad, Guardia Nacional, militares y la marina, las cosas mejorarán. No es un tema de hacer presencia en reuniones de Gobernadores. Quien asegure que así es, es un demagogo al cual exhiben las cifras.
Morelia no puede estar más hundido en la violencia y en los índices delictivos; el problema, es que esta radiografía municipal se repite en varios municipios michoacanos, en donde las autoridades municipales no han avanzado una nariz de oso hormiguero para lograr resultados de paz y seguridad pública.
Súmele a ello, las desastrosas declaraciones de funcionarios municipales -como las del Secretario del Ayuntamiento de Morelia-, quien solo atinó en responder que ”los criminales, vienen a tirar muertos a Morelia”.
¿En verdad cree alguien que una declaración así ayuda a mejorar la percepción o la victimización en materia de seguridad pública? Lamentablemente, este tipo de declaraciones no construyen absolutamente nada; bueno, ni siquiera sirven como cortina de humo. Simple y sencillamente, la realidad de la violencia municipal, hace ver desnudo al Rey municipal.
Así como el Gobernador de Michoacán no puede y no debe evadir su responsabilidad en trabajar para dar resultados en materia de seguridad, los ayuntamientos michoacanos no pueden y no deben evadir sus responsabilidades legales y políticas en esta asignatura.
Los alcaldes no deben darle más vueltas al asunto. Prácticamente todos los especialistas -salvo buena parte de la clase política gobernante-, opinan que en México lo que hace falta es “aplicar el estado de derecho”. ¿Pero qué es esto? Es simple de entender. Los alcaldes de Michoacán deben saber que tienen responsabilidades legales, deben conocerlas, asimilarlas y cumplirlas. No más, pero ni un centímetro menos.
Sencillamente, los alcaldes de Michoacán están obligados a cumplir con la Ley y buscar los escenarios más óptimos para beneficio de los michoacanos. En materia de seguridad pública, deben coordinarse con el Gobierno estatal y este a su vez, con el federal.
La Constitución federal, la de Michoacán y las leyes estatales, obligan a los ayuntamientos a garantizar el servicio público de seguridad pública, y no otorgarlo, es un delito penal por hechos de corrupción, entre otras consideraciones contempladas así en el código penal de Michoacán.
Algo más: La Ley del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Michoacán de Ocampo, obliga a la coordinación y protege a los ayuntamientos para evitar abusos en materia de seguridad pública de parte del Gobierno Federal o Estatal, por si tienen temor de que alguien se quiera quedar con su dinero.
El Artículo 8° de esta Ley señala: Las autoridades municipales, encargadas de la Seguridad Pública, dentro de su ámbito, elaborarán los planes, programas, materias y actividades, mediante convenios generales o específicos de coordinación.
No incluyo más fundamentación jurídica, para no confundir, pero traigo este artículo a colación, porque habla acerca de otorgar la seguridad pública de manera planificada y coordinada con el orden estatal y federal.
Aquí no hablo de la “multicitada” ausencia de estrategia. Para mí, eso es ir más allá. Tan solo inicio con lo fundamental: exigirles voluntad política para trabajar institucionalmente, alejándose de la mezquindad para trabajar con el Gobernador y con el Presidente de la República.
Los ciudadanos están siendo asesinados, y parece que algunos alcaldes solo sueñan con otra inercia ganadora en las elecciones del año 2021. Eso, es mezquindad electoral.
Es un hecho: los alcaldes miran para otro lado, menos a lo que deben mirar.
* El autor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Ciencia Política, de maestría en Neuromarketing, licenciatura en Derecho y diplomado en Marketing Político.
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