Por Juan Pérez Medina (CUT_MICHOACAN).
Después de la escalada de la crisis interna de la semana anterior que vive el magisterio democrático estatal, los escenarios que se abren son varios y dependerá de los actores y quienes indirectamente intervienen o pretenden intervenir en el conflicto. Me refiero al gobierno estatal, algunos partidos políticos y políticos e, incluso el gobierno federal que se ha visto muy favorecido en la redacción de la convocatoria que ha dado a conocer en redes la Comisión Organizadora del VIII Congreso Seccional de Bases (CSB).
La historia inmediata sobre estos acontecimientos se remite a la realización del LVII Pleno Estatal de Representantes, que se realizó el lunes 28 de octubre pasado y que determinó la integración de una Comisión Organizadora del VIII CSB, integrada por un compañero o compañera por cada una de las 22 regiones que integran la estructura territorial de la Sección XVIII, electos en asambleas regionales masivas y que no incluía al Comité Ejecutivo Seccional (CES) y, por lo tanto, con independencia del secretario general Víctor Zavala.
Las asambleas masivas regionales eligieron con una tendencia en contra del actual CES y ello se evidenció en la primera reunión de la comisión organizadora del CSB, que en su instalación no acepto la conducción a priori del Secretario General que, además, es también parte de la Comisión, electo en la región de Pátzcuaro.
Esta situación, llevó al grupo de Víctor Zavala a impedir que, en los dos intentos siguientes la Comisión no se instalara, hasta que, posteriormente, Zavala emitiera una convocatoria para reinstalar el LVII Pleno Estatal de representantes, que en octubre recesó sus trabajos para, elaborar una convocatoria, al margen de los acuerdos de ese mismo Pleno, intentando con ello, sustituir a la comisión Organizadora del CSB.
La respuesta de la comisión organizadora no se hizo esperar y, de la misma manera, convocó a reinstalar los trabajos de la misma con el apoyo de las bases, para el 23 de ese mismo mes, con lo que la crisis sufría una profundización que amenazaba con la confrontación, como así sucedió el mismo 23 de enero.
Ese día, los grupos se enfrentaron, sacando la peor parte el CES y Zavala y su gente, que tuvieron que abandonar entre golpes y garrotazos (estilo inconfundible de la gente que dirige el “bloque”) las instalaciones de la Sección XVIII. Una vez liberadas las instalaciones sindicales, se instaló la comisión organizadora del CSB con la presencia de 16 de los 22 elementos electos en asambleas regionales, con la salvedad de que los representantes de Morelia y Uruapan se integraban bajo reserva, pues en ambas regiones hubo 2 asambleas y los presentes aun no son los representantes de esas regiones, cuestión que la propia comisión organizadora debería de resolver, pero al parecer eso ahora ya no importa.
Como resultado de los trabajos de la comisión organizadora se elaboró una propuesta de convocatoria al VIII Congreso Seccional de Bases que, de acuerdo con los voceros de esa comisión, va a consulta de bases, la cual se realizará con la presencia de la propia Comisión, para luego reinstalar el LVII Pleno Seccional de Representantes y, finalmente, aprobarla. De acuerdo con esta convocatoria, el congreso se llevará a cabo del 2 al 4 de marzo.
Por otra parte, el 24 de enero, después de haber sido retirados de las oficinas sindicales, el grupo encabezado por Víctor Zavala, se reunió en un salón de la Ciudad, para reinstalar el LVII Pleno Seccional de Representantes y ahí mismo construir y aprobar la convocatoria al VIII Congreso Seccional de Bases. De acuerdo con una comunicación emitida el domingo 26 de enero, el supuesto Pleno Seccional, resolvió iniciar de la misma manera que la convocatoria de la Comisión Organizadora del CSB, llevarla a discusión de las bases iniciando el 27 del presente, bajo la consideración de que en este proceso no participarán aquellos grupos y elementos que no pertenezcan a la CNTE y que se reconozcan como propiciadores del divisionismo, refiriéndose al grupo denominado “los bloques”, liderado por el Atila Sergio Espinal y que domina en presencia la Comisión Organizadora del CSB.
Regresando al principio del texto, de inmediato se puede dilucidar que estamos ante un escenario complejo y difícil en el cual no hay aún una certera definición. En primera instancia se puede concluir que nos encarrilamos hacia la concreción de dos eventos de congreso que habrán de derivar en la elección de dos representaciones seccionales que permanentemente estarán en pugna hasta que una acabe por diluir a la otra. ¿Cuánto durará esta situación? Es difícil de responder cuanto que para ambos casos existirán elementos y factores circunstanciales que obrarán a favor y en contra de ambos. No es descabellado afirmar que habrá actores políticos para los cuales mantener un equilibrio entre ambos grupos por tiempo indeterminado les sea lo más conveniente, por lo que accionen para fortalecer al más débil, pero sin apostar a que se logre imponer.
Otro posible escenario, es la posibilidad de que el resto de los integrantes de las regiones faltantes (seis), se sumen a la Comisión Organizadora del CSB y, con ello, validen un solo evento el Congreso y el magisterio salga fortalecido. Lo anterior implica reconocer que Víctor Zavala ya no es factor de unidad y, ante un amplio espectro de trabajadores de base, ya no representa los intereses de las bases, por lo que su ausencia en este proceso sería lo más conveniente. Pero, por otra parte, al interior de la Comisión Organizadora existe una sobre representación del grupo del “bloque” que, a sabiendas de la debilidad y desgaste del secretario general, pretende aprovechar la oportunidad para regresar a controlar la Sección XVIII y así fortalecer a su proyecto sindical denominado CEND del SNTE. Su llegada sería una derrota de la CNTE, pero igual lo es el que Zavala se pretenda erigir como su representante en la entidad. ¡Flaco favor le hace a la CNTE!
En toda esta confrontación, la base magisterial es la que más pierde. Y lo intuye, al mostrarse hasta hoy ajena a los acontecimientos de manera protagónica. Por la inmensa cantidad de comentarios en redes y lo que se dice entre maestros en las escuelas, se comprueba que están atentos a los sucesos, pero que no están convencidos de sumarse a ellos, sobre todo Morelia, que es la región más grande y con mucho de todas las que integran la Sección XVIII. Eso prueba la desconfianza que estos grupos se han ganado y, la desesperanza e indiferencia lograda en un porcentaje significativo.
Hoy, la situación sigue su curso. La disputa está, en principio, en el control de los espacios sindicales (Casa hotel del maestro y edificio sindical) y, luego, el control de la gestión de los asuntos de los maestros. ¿Podrán cohabitar en ellos? ¿Cómo se resolverá la gestión para aquellos que están bajo la influencia territorial de la
Comisión Organizadora?
¡Cómo se puede ver, el horno no está para bollos!