Los gobernadores reunidos en la Alianza Federalista tenemos la plena convicción de defender y fortalecer nuestra democracia, tal como lo exige la protesta que rendimos el día que asumimos el mandato otorgado por los ciudadanos de nuestros estados.
El acuerdo nacional por la democracia al que se nos convoca esencialmente existe en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Como gobernantes democráticamente electos, protestamos cumplirla y hacerla cumplir. No hay compromiso democrático que no se contenga ya en este juramento constitucional y político. Lo cual no obsta para que podamos construir compromisos concretos y casuísticos a los que nunca nos negamos.
A la Constitución nos atenemos.
A la Constitución llamamos a respetar.
Para la Alianza Federalista la democracia es hechura permanente de todos los ciudadanos. Ningún personaje —por valioso que sea— la encarna individualmente. La apropiación personalista de la democracia es antítesis de su verdadero significado.
Nuestra democracia tiene triunfos y derrotas, luces y sombras y páginas memorables; pero nunca final ni dueño. Jamás es un capítulo concluido ni apropiado. Es un quehacer permanente y de todos; no admite tutelajes.
Nuestra democracia se edifica en la suma y pluralidad de todos los ciudadanos mexicanos y es, por sí misma, auténtica. Auténtica y perfectible en la medida en que se respete lealmente la pluralidad, se practique el diálogo sincero, sean efectivos libertades y derechos, impere la ley y la justicia y se fortalezcan el equilibrio de poderes; el federalismo en todas sus expresiones y el municipio libre.
Los gobernadores de la Alianza Federalista aceptamos su invitación a un acuerdo por la democracia hoy en México. Un Acuerdo Nacional que nos comprometa a todos los niveles de gobierno y a los poderes de la Unión en serio y sin dobleces.
Como ha sucedido en el pasado, un acuerdo de neutralidad debe adoptarse bajo la autoridad electoral del Instituto Nacional Electoral.
Acuerdo que, desgraciadamente, se echa de menos en otros frentes como los de las contingencias sanitaria y económica, y en temas de seguridad, vacunación, presupuesto y reforma energética. Lamentamos por igual el silencio por respuesta a nuestras reiteradas invitaciones al diálogo federal efectivo.
Señor Presidente, con independencia a las obligaciones que la legislación impone a toda autoridad en materia electoral, refrendamos a la Nación nuestra convicción y compromiso de que ningún poder —estatuido o fáctico— intervenga indebidamente en estos procesos electorales, los más complejos de nuestra historia. Confirmamos nuestro respeto irrestricto a las libertades y derechos de todos y cada uno de los ciudadanos, con especial énfasis a las libertades de pensamiento, expresión, asociación, participación política y sufragio efectivo.
Coincidimos y aceptamos su oferta de evitar desde el poder federal todo tinte electoral en programas sociales, el uso indebido de recursos públicos y la compra de lealtades. Por ello, formalmente le solicitamos retire del programa de vacunación por la pandemia por COVID-19 a los mal llamados Servidores de la Nación, cuya presencia además de innecesaria es cuestionable. Las campañas de vacunación universal en México, mundialmente reconocidas por su efectividad y cobertura, jamás precisaron de personal ajeno al del sector salud, ni lo requieren ahora.
Para la Alianza Federalista es inaceptable que se use a las instituciones de justicia para perseguir adversarios, silenciar críticos o someter a la pluralidad política a la voluntad del Presidente o a la conveniencia de su partido. La ley no es instrumento de campaña ni de venganza.
No podemos obviar nuestra preocupación por las agresiones enderezadas en contra la Auditoría Superior de la Federación, cuando están expeditos los mecanismos para presentar aclaraciones a los informes de la propia Auditoria, tal y como lo hacemos los gobiernos de la Alianza cada año. Esa es la vía procedimental, administrativa, política y ética a honrar.
México urge de concordia, armonía y entendimiento. Su ofrecimiento debe ir acompañado de discurso y acciones claras y contundentes que cesen la escalada de polarización que lacera el alma de la Nación mexicana.
Señor Presidente, si se trata de edificar en favor del bien mayor de los mexicanos, cuenta usted con los Gobernadores de la Alianza Federalista, quienes seguiremos respetando las leyes, honrando la confianza de los ciudadanos, enalteciendo la democracia y defiendo las libertades y el Estado de Derecho.
Esperamos reciprocidad en los hechos.
Finalmente, los gobernadores de Alianza Federalista expresamos nuestra absoluta solidaridad al Gobernador Francisco J. García Cabeza de Vaca, Gobernador de Tamaulipas. Es Inaceptable y no permitiremos que se use a las instituciones del Estado para someter a adversarios políticos. Por tanto, nos defenderemos y defenderemos a cualquier integrante de la Alianza Federalista que sea atacado desde el poder central. Llevaremos a cabo todas las acciones necesarias en todos los frentes para defendernos de la embestida política que se ordena desde Palacio Nacional. Expresamos nuestra confianza en las instituciones de justicia de la Nación y hacemos un llamado a la Cámara de Diputados a que no actúe por consigna, sino en la defensa de la legalidad y la imparcialidad.