Hasta el senador michoacano Germán Martínez Cázares lo ve venir:
Morena buscará anular las elecciones en los estados donde pierda. A dos semanas las votaciones y de acuerdo a México Elige, de las 15 gobernaturas en juego, el partido oficial estaba arriba en Baja California, Colima, Guerrero y Nayarit; abajo, en Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro y Sonora; cerrada, en Sinaloa, Tlaxcala, Zacatecas, y desde luego Michoacán, donde, conforme a esa medición, la diferencia era de 7 décimas. Ayer, la encuesta de Reforma amplía el rango de ventaja para el aliancista Carlos Herrera, con 37 puntos sobre 31, para el candidato morenista.
Y es que así como se construyen las victorias, se tejen las derrotas.
Nadie puede negar la buena organización de la campaña de Herrera y la que despliegan por diferentes flacos, el PRI, PAN y PRD; la oferta electoral es clara y precisa: 8 ejes de desarrollo, y hay que decirlo, tiene ángel el candidato, cae bien.
La campaña de Alfredo Ramírez es un desastre. Como candidato emergente y con solo un mes para proselitismo, sus giras, de pisa y corre; no hay oferta electoral, más que es un morenista “puro”, fundador del movimiento y aterrizar la cuarta transformación en Michoacán. Todavía se da el lujo de distraerse con denuncias penales contra el gobernador perredista -quien le dio chamba-, por supuestos whatsapps muy estúpidos, a tres ex colaboradores, recriminándoles la traición.
Juan Carlos Barragán era su super cuate, es más, es compadre del senador Antonio García Conejo; Silvano Aureoles le dio trabajo y muchas oportunidades, pero a fuerzas quiso ser candidato a presidente municipal de Morelia por “El Equipo” y nada más no le dieron los números. Entonces, se arropó con Cristóbal Arias, el mejor posicionado para la gubernatura por Morena. No se dio y se le pegó a Raúl Morón. Su cara oscura es que cuando se pone beodo le da por golpear a la esposa. Morena lo postuló como candidato externo a diputado local, sobre buenos perfiles que tenía el partido guinda.
Giuliani Bugarini también se hizo en el PRD y fue Silvano quien le dio el chance, al nombrarla secretaria de los Jóvenes. ¡Oh decepción! Resultó inútil y conflictiva; la falta de resultados en la dependencia estatal y el plan de choque para bajarle al gasto, la Sejoven se convirtió en Instituto para enfocarse más al estudio y diagnósticos de la problemática juvenil. Pues no le gustó, y todavía para que no perdiera “nivel”, el gobernador le dio un buen cargo en la Secretaría de Educación del Estado, donde, literal, fue aviadora.
Otra traición que le pudo doler al mandatario, fue la de su ahora ex secretario de Cultura, Claudio Méndez Fernández, un don nadie al que se le dio también oportunidad. De repente, el 12 de mayo, salió con que se sumaba con Alfredo porque “representa el cambio verdadero”. Tan inteligente que se veía.
Pero realmente estás adquisiciones de Ramírez Bedolla, fueron más mediáticas que significativas para jalar voto amarillo. Se dio la adhesión del ex gobernador Jesús Reyna, pero tan criticado fue, que mejor bajó la cabeza.
Bueno, hasta su aliado, el Partido del Trabajo, anda por su lado, enfocado en los distritos federales donde va solo. Si que pesó la ausencia del diputado federal Reginaldo Sandoval, a quien el Covid lo dejó con graves secuelas. Al frente, se encuentra su esposa, María Auxilio Flores, pero también, ausente.
Y tan mal tan mal en el cuartel de Morena, que apenas ayer, para tratar de poner un poco de orden, Raúl Morón, quien esta ocupado con las campañas federales, le impuso como coordinador a Roberto Reyes Corsari. Sí. El mismo al que se le olvidó que tenía que presentar un informe de gastos de precampaña ante el INE. ¡Aunque fuera en ceros!…
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El caso que Morena, con todo el apoyo desde Palacio Nacional, juega a la gacha. Infame. Prefiere acabar con todo y con todos, antes que perder. Es la obsesión de Amlo.
Por eso, del árbitro electoral, ya se encarga el Presidente para sacarlo definitivamente de la cancha; integrar un nuevo consejo general del INE, someter al Tribunal Electoral al nuevo “chairo” de Arturo Saldívar, y empatar las extraordinarias con la consulta de revocación de mandato.
Como el morenista Germán Martínez, lo ven muchos.
Principalmente la abierta alianza partidista, los frentes opositores ciudadanos FRENAA y Frente Nacional Opositor, así como el empresariado, chiquito y grandote. Las crisis de salud, de corrupción y económica, tiene al sector productivo muy preocupado y esto no puede seguir así. Urgen los contrapesos para que se decida entre muchos y no uno solo.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) lo acaba de revelar: en 2020, la pobreza en ingresos se incrementó casi 8 puntos porcentuales; cayeron en pobreza extrema 10.7 millones de habitantes más y la pobreza laboral se disparó a 45.8 por ciento en el segundo semestre del año pasado.
Es el México empobrecido por López Obrador. A tres años, los programas sociales confirman que valen madres.
Y el Presidente, peleándose todas las mañanas, cuando no con López Dóriga, con Ciro; sigue dando duro a los consejeros del INE y magistrados electorales; a Mexicanos Contra la Corrupción (MCCI); ocupadísimo en meter a la cárcel al desaforado gobernador tamaulipeco, Francisco Cabeza de Vaca.
Pero la tarde del martes 18 de marzo, un encuentro nunca visto en más de 30 años que radico en Michoacán: mil 200 empresarios de todos las ramas y capitales, micro, pequeños, medianos y grandes, reunidos en el amplio jardín del Multicentro ubicado al suroriente de esta capital con un solo propósito: sumar esfuerzos por el estado, para que se desarrolle y progrese como Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, y no termine como Guerrero, Oaxaca o Chiapas.
Ahí, Enrique Ramírez, Francisco Medina y Alonso Gómez; agroindustriales de berries, como José Luis Mariscal -cuya empresa genera más de 100 mil empleos-; Miguel Melgoza, Ricardo Vega y Fernando Gutiérrez; los pesados aguacateros de Uruapan, encabezados por Poncho Martínez Margáin. También ex líderes del sector empresarial como Antonio Abraham, Agustín Arriaga, José Luis Gil Arroyo, Camelia Calleja, Antonio Villaseñor, María Eugenia Solórzano y Manuel Martín del Campo.
Quién sabe si fueron de oreja Antonio Mazier, Arcadio Méndez, Manuel Nocetti, Isllalí Belmonte y Raymundo López, quienes se habían sumado a la convocatoria de Gilberto Morelos Favela, hijo del ex secretario de Obras Públicas de Leonel Godoy, para una reunión de Alfredo Ramírez y sellar compromiso de apoyo con el morenista.
Los organizadores de la “comida por la unidad de Michoacán” el hotelero Roberto Molina, Carlos Gálvez, Juan Pablo Arriaga y Jesús Melgoza, ex secretario de Desarrollo Económico. (Frecuencia Informativa de Juan José Rosales: https://youtu.be/TZItYhzutQs)
Los ponentes: el ex dirigente nacional de la Coparmex, Gustavo de Hoyos y Claudio X. González. Por eso el encabronamiento presidencial y todos los intentos para impedir el evento, incluso con quejas ante el INE. Pero las cosas son claras: si no hay empresas no hay empleos.
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El 14 de mayo, en un acto proselitista en Los Reyes del candidato morenista Alfredo Ramírez, llegó el aspirante de RSP, Abraham Sánchez, se subió al templete y declinó a su favor. Estaba en la lona: apenas 1.1 por ciento de intención del voto, de acuerdo a la más reciente encuesta de Demoscopia Digital. El dirigente estatal, Juan Manuel Macedo, reveló que lo compraron con 25 millones de pesos y el compromiso a futuro de darle la Dirección de Seguridad Pública.
El 16 de mayo, en pleno debate televisivo en Tlaxcala, la candidata del PES, Liliana Becerril, dimitió a favor Anabell Ávalos Zempoalteca, abanderada del PRI, PAN, PRD, Alianza Ciudadana (PAC) y Partido Socialista (PS).
El 17 de mayo, el decanto fue por partida doble: Tomás Saucedo, candidato del Partido Verde a la gubernatura de Sinaloa, con apenas 1.5 por ciento de preferencia (Massive Caller) se sumó al morenista Rubén Rocha; en Sonora, Ricardo Bours, de Movimiento Ciudadano (MC), selló un “acuerdo de unidad” a favor de Ernesto Gándara, postulado por el PRI, PAN y PRD. La decisión la tomó tras el homicidio de su gran amigo, Abel Murrieta, aspirante a alcalde de Cajeme. El candidato de Morena, es Alfonso Durazo, el ex secretario de Seguridad del que ofreció abrazos y no balazos al crimen organizado.
Inicia la etapa del voto útil. Esta contienda no es apta para cardiacos…