AMBIGÚ 832
Por Martha Elba Torres Martínez
Con la confirmación -documentada y acreditada- de la injerencia de grupos armados a su favor en cuatro municipios de la Tierra Caliente, Alfredo Ramírez Bedolla rinde protesta este viernes como gobernador para el periodo 2021-2027.
La Sala Superior del TEPJF negó la anulación de la elección y se lavó las manos mandatando al INE el “reconocimiento de la existencia del problema y el peligro de la incidencia de grupos criminales en procesos electorales”.
En otras palabras, sí hubo “mano negra” pero poquita. Silvano Aureoles tenía razón, pero no es para tanto. Con que “se establezcan acciones y protocolos concretos al respecto”, es suficiente para la Sala Superior del TEPJF.
En la víspera de entregar el cargo, Aureoles lamentó que se haya permitido que grupos fácticos decidan las elecciones en el país. Lo ocurrido, escribió en sus redes, «es un duro golpe a la democracia, que los delincuentes hayan aprendido a robarse las elecciones, violando la libertad ciudadana y atentando contra los principios de la democracia”.
Entonces, con el crimen organizado, en México sigue sin pasar nada. Su intromisión en las elecciones adquiere ya carta de naturalización. El tema, que este 2021 escala abiertamente ya por las gubernaturas y en 2024, como alertó el gobernador michoacano saliente, pueden ir por la Presidencia del país.
Las autoridades municipales ya no son de su interés porque las controlan. ¿Qué pasó con los alcaldes de la Huacana, Gabriel Zamora, Mujica y Nuevo Urecho, donde se pudo acreditar la actuación de grupos armados en las casillas? ¿Qué hacen los ediles de Tepalcatepec, Coalcomán, Buenavista, Aguililla y Uruapan? En 80 de los 113 municipios hay actividad criminal.
Y extraño el contexto mediático en la validación de la onceava gubernatura para Morena en este año.
Aun cuando el resolutivo final del TEPJF se votó en la madrugada de ayer, no ameritó más que llamada en primera plana en el Heraldo de México y Ovaciones y ni siquiera apareció en la síntesis nacional de “Lo Sobresaliente del Día” que circula entre miles de periodistas por whatsapp. Vamos, ni con Ciro Gómez que entrevistó la semana pasada a Alfredo, trascendió. Bueno, ni una felicitación chiquita desde la “mañanera”.
De pena ajena, que Silvano y su denuncia sobre la narcoelección haya tenido mayor cobertura y seguimiento, que el nuevo gobernador de Michoacán. Eso sí, la principal de los únicos tres diarios que medio circulan en el estado, La Voz, abc Michoacán y El Sol de Morelia.
Este 30 de septiembre, que se celebra con tanta pasión y en grande el natalicio de José María Morelos, por primera vez, no alcanzó ni representante presidencial. Ricardo Monreal, el presidente de la Jucopo del Senado, dijo que vendría a los festejos del 256 aniversario pero no llegó.
A pesar de que nuestro prócer nació en la antigua Valladolid, hoy Morelia, y toda la vida se ha realizado el acto oficial en esta capital y con la presencia del propio Presidente de la República como lo hicieron en su momento Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto, López Obrador decidió cambiar la celebración del natalicio al estado de Morelos. La agenda establecía que el evento se realizaría en Cuautla, pero se fue a Jojutla.
Si era para no verse con Silvano, ni al caso, pudo acompañarlo el secretario de Gobierno, Armando Hurtado. Habría estado el gobernador entrante como invitado especial. A Alfredo, ese abrazo y fotografía con el Presidente, en la víspera de rendir protesta, le habría caído de perlas.
¿Por qué tanta distancia de López Obrador con Ramírez Bedolla y Michoacán? Insisto, ya no se trata de Silvano, porque ya no está.
Ramírez Bedolla, tras validarse su cargo, llamó a la unión y reconciliación, dejar de lado las diferencias y trabajar todos por Michoacán. Pues tendrá que ser el primero en mostrar disposición, porque Morena y sus aliados no tienen la mayoría en el Congreso local y la integración de su primera línea de gabinete no cayó muy bien en el Morena fundador, que tanto presumió Alfredo en campaña.
De los primeros 17 nombramientos anunciados ayer, solo Gladys Butanda (Semaccdet), Carolina Rangel (Sedeso/Bienestar) y Tamara Sosa (Seimujer) pueden considerarse “orgánicas”; Yarabí Ávila, priísta hasta unas semanas antes de las elecciones, resulta una mala decisión del estrenado gobernador. Y no porque sea mujer o incompetente, sino por lo complejo y complicado de la Secretaría de Educación y sus sindicatos.
En 2008, Leonel Godoy nombró como primera titular a Aída Sagrero, una maestra de preescolar e identificada con la disidencia magisterial, pero el primero en hacerle la guerra fue Artemio Ortiz “el Muñeco”, entonces dirigente de la CNTE; en 2012, Fausto Vallejo puso a Teresa Herrera Guido que se peleó con todos, la acusaron de corrupción y nepotismo y la tuvo que retirar; en 2015, Silvano designó a la doctora Silvia Figueroa Zamudio y un año después mejor la mandó a Cultura.
Isidoro Ruiz Argáiz, ahora jefe de la Oficina del Gobernador y Jefe de Gabinete -así lo nombró el propio Ramírez Bedolla-, es un lazarista de hueso colorado que trabajó todo su sexenio y se retiró a la empresa privada los últimos 13 años.
Hay un dato interesante que vale la pena recordar, pues Isidoro fue secretario de Desarrollo Económico e hizo magnifica mancuerna con Erick López Barriga, entonces coordinador de Planeación para el Desarrollo, y en la Contraloría, Rosa María Gutiérrez Cárdenas quien definitivamente se esfumó de la vida pública.
Los tres son de números, diagnóstico, evaluación y resultados, por lo que Ruiz Argáiz va a aportar si el nuevo gobernador le tiende la confianza plena e ignora la grillería. Roberto Monroy, el natural para Turismo y en Seguridad Pública, obvio, un militar, el general José Alfredo Ortega Reyes. El doctor Elías Ibarra tiene un paquetazo con Salud y lo inmediato: que no se le caiga la contención de la pandemia, porque esto sí cuesta vidas.
La confirmación de Carlos Torres Piña en la Secretaría de Gobierno, dice mucho sobre cómo terminó la relación entre Raúl Morón y Alfredo, porque definitivamente, éste no lo quiere en el estado. Habrá chance en el Gobierno Central o en el CEN de Morena, pero aquí, ni en fotografía.
Y tiene razón. Porque el gobernador es el gobernador -decía mi queridísimo jefazo Alejandro Sandoval-, para que no se hagan bolas. Podrá darle chambas a algunos de su equipo, como a Humberto Arroniz, pero quién sabe cómo salgan de la revisión de las cuentas en el ayuntamiento de Morelia, que ya hace Alfonso Martínez.
Otro dato interesante que se vio en la presentación del gabinete entrante, fue la llamada de atención de la esposa -que cuentan, es de armas tomar- al gobernador: se le pasó nombrar a Paula Espinosa -que estaba precisamente atrás de Grissel Tello-, como nueva directora del DIF. Imperdonable, que también se les haya pasado incluirla en el comunicado de prensa y en el PDF de los nombramientos. Avispas.
En Comunicación Social opera desde hace rato, Carlos Márquez, un periodista serio y estable. Nada qué ver con Antonio Aguilera que le hizo tanto daño a Morón Orozco.
Pero a lo que voy con toda esta relación de hechos, es que Alfredo Ramírez ¿llega a pelear o llega a trabajar?
El TEPJF le validó el triunfo pero lo manchó con el narcovoto. Esa chingada marca no se la sacudirá, si no actúa con decisión y contundencia contra la violencia criminal. Nada más que se acuerde que ya existe una Ley General de Revocación de Mandato que se homologará en los estados. En una de esas, sobrevive solo tres años.
Podrá instaurar su “mañanera” y la Alianza Legislativa local, la “contramañanera”. Pero requerirá PAN, PRI y PRD de menos fificiada e imponer su mayoría, porque en 15 días de la 75 Legislatura, hasta parecen alumnos de primaria en línea…
***
LA COMIDILLA
Al cierre de esta entrega, solo se pudo confirmar la asistencia como representante presidencial a la toma de protesta del nuevo gobernador, del secretario de Agricultura, Víctor Villalobos; del coordinador de la bancada de Morena en la Cámara Baja, Ignacio Mier y a ver si ahora sí llega, Ricardo Monreal; obligado a asistir, el demonio guinda de Mario Delgado. Neta, los necesita Alfredo…