Este domingo se renovará el Partido de la Revolución Democrática en Michoacán y la pugna se ha cerrado en dos equipos:
- a) Los aliados del exgobernador, Silvano Aureoles Conejo, quien impulsa para la dirigencia, al exdiputado Guadalupe Aguilera.
- b) Los aliados del actual Fiscal General del Estado, Adrián López Solís, quien impulsa para la dirigencia, al exdiputado Octavio Ocampo.
Queda poco de este partido político después de perder la gubernatura, pero para nada es irrelevante lo que aún pueden hacer, sobre todo si la persona que lo dirija tiene bien definido qué rol asumirá frente al gobierno michoacano de Alfredo Ramírez Bedolla y frente a la alianza legislativa entre PAN, PRI, PRD y PES.
Teniendo claridad en estos dos ejes, el trabajo para reestructurar al partido en todo Michoacán, no será tan complicado. Desde luego, los retos más grandes los tendrán en 2024, año en el que sí podrían extinguirse si no trabajan desde ahora en reconstruir un partido que retome la mística de izquierda, esa que tuvieron en su origen.
Los equipos están convocados para verse las caras el próximo domingo, pero desde ahora ya se avizora que no será terso el evento de renovación; ¿la causa? Ha trascendido entre los perredistas afines a Silvano Aureoles, que el Fiscal, Adrián López Solís, está empujando con todas sus capacidades posibles, desde la fiscalía, para impulsar a su candidato.
Esa ausencia de piso parejo, podría romper cualquier pacto de civilidad que deberían estar haciendo desde ahora, los representantes de ambos grupos.
Al PRD de Michoacán, la derrota electoral de Carlos Herrera, lo dejó con débil imagen y reputación en el imaginario colectivo y un juego inequitativo de López Solís, les haría más grande el descrédito social. Por supuesto, ninguno de los dos grupos políticos y menos este partido, se pueden dar el lujo de salir rotos de la contienda interna.
Ambos equipos tienen estructura que podrían hacer las cosas con solidez, pero habrá de analizar cómo deciden resolver su renovación; habrá que observar si el amigo del Fiscal, López Solís, Carlos Torres Piña, intenta mover hilos desde el Poder Ejecutivo de Michoacán a favor de Octavio Ocampo.
Del lado de Silvano Aureoles, estarán disputando el partido: el Senador, Antonio García Conejo; el ex Secretario de Seguridad Pública, Juan Bernardo Corona; la Diputada Federal Edna Díaz; los diputados locales Rocío Beamonte y Víctor Manríquez; el Diputado Federal Francisco Huacuz; la vocera del PRD, Brissa Arroyo; el Diputado Federal Mauricio Prieto; la ex vocera silvanista Julieta López, el ex líder estatal del PRD, Martín García Avilés; la Diputada Local Lupita Díaz, el ex Secretario y de Gobierno, Armando Hurtado; el hermano de Pascual Sigala, Ismael Sigala, el ex candidato a Gobernador, Carlos Herrera Tello y Minerva Bautista, actual Regidora en el gobierno municipal de Alfonso Martínez.
Del lado de Adrián López Solís, estarán disputando el partido: algunos cuadros que se vieron ampliamente favorecidos en el gobierno silvanista, como Antonio Soto, ex titular de Sedeco y jefe de asesores, y Alberto Frutis, ex titular de la Secretaría de Educación.
También van con López Solís, el ex candidato en Paracho, Marco Aurelio Nava, la alcaldesa de Salvador Escalante, Aracely Saucedo y la vocera nacional del PRD, Fanny Arreola. Ángel Macías, ex alcalde de Ixtlán, es otro que se inclinó al bloque de López Solís, quien le dio al ex edil el cargo de delegado administrativo de la Fiscalía Regional de Zamora.
Sin duda, el PRD tiene una oportunidad, pero podría ser la última. López Solís y Torres Piña aspiran a ser senadores en 2024 y si meten las manos en este proceso interno, podrían desbarrancarse solos.
Por el contrario, quien sepa aprovechar la base electoral que dejó Carlos Herrera, podría construir un partido con fortalezas desde el principio. Sus recorridos por todo el Estado y la cantidad de votos que obtuvo, son activos que al PRD le permitiría revivir rápidamente, aunque algunos siguen pensando que este partido está muerto.
Francamente, no lo creo.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.