Por Sergio Torres Delgado
Mientras que el gobierno del estado, encabezado por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, ha implementado un programa estatal de apoyos a familias de infantes con cáncer, continúan las quejas de los pacientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) frecuente desabasto de medicamentos, lo que retrasa los tratamientos, toda vez que su falta impide programar incluso las quimioterapias.
Ahí evidentemente hay un problema a nivel nacional que no se ha solucionado como lo ha pedido el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha mostrado inconforme con el desabasto de medicamentos que ha padecido el sistema de salud en general, particularmente después de declarar la guerra contra el monopolio -algunos lo califican cártel- de los medicamentos.
El propio mandatario ha llamado la atención a sus colaboradores debido a que, como él mismo lo señala, no se puede concebir la escasez de medicamentos en general, cuando la comida chatarra -papas y refrescos- pueden encontrarse hasta en los lugares más apartados e inaccesibles del país.
Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y muy seguramente aspirante presidencial en 2024, expresó en agosto de 2020 que “La antigua clase política de nuestro país favoreció a un número reducido de distribuidoras, dando paso a la formación de un cártel farmacéutico. Y como prueba queda que, de 2012 a 2018, 10 empresas acapararon el 80 por ciento de los 335 mil 981 millones de pesos que el Gobierno gastó en medicamentos.”
Recordó que esto dio espacio a hechos lamentables como las inyecciones con agua destilada a niños con cáncer en Veracruz, muestra de la corrupción y el contubernio que había en el pasado.
Al efecto, se modificó la Ley de Adquisiciones y se lanzaron licitaciones a nivel internacional, para evitar actos ilegales y sobreprecios.
Sin embargo, el proceso no ha sido fácil dar la vuelta al cártel de los fármacos, cuyos integrantes restringían el abasto y manipulaban los precios del mercado, según resumió la revista Proceso el 24 de agosto de 2021, a través de un reportaje en el que da cuenta de la investigación efectuada por la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE).
“Casa Saba, Nadro, Marzam, Farmacias Nacionales (Fanasa) y Almacén de Drogas, que en conjunto controlan casi la totalidad de la distribución de medicinas al sector privado, simularon su rivalidad para cobrar de más a la sociedad mexicana, con la complicidad de la Asociación de Distribuidores de Productos Farmacéuticos de la República Mexicana (Diprofar)”, revela la investigación periodística, basada en las indagaciones de la dependencia citada.
Así, los grandes empresarios y políticos del viejo régimen hacían su negociazo a costa de la salud de las y los mexicanos.
Proceso menciona que entre los sujetos a la investigación figuraron “Pablo Escandón Cusi, dueño de Nadro; Manuel Saba Ades, quien heredó Casa Saba de su padre Isaac Saba Raffoul; Elías Salomón Nader, de Fanasa; Roberto Lázaro Gutiérrez Ancira y Roberto Gutiérrez Elizondo, de Almacén de Drogas; Joseph Sitt Cherem, de Marzam; Tomás Ángel Rodríguez Weber, quien fuera presidente de la Diprofar, así como los hermanos Francisco Daniel y José Antonio Pérez Fayad, dueños de Grupo Fármacos Especializados”.
Esa corrupción es lo que se esperaba que se combatiera. Sin embargo, algo ha pasado y los problemas de abasto continúan a poco más de tres años de gobierno de López Obrador.
La ausencia de tales medicamentos no solamente demora los tratamientos. Atenta contra la calidad de vida de las y los pacientes en múltiples formas. Las vidas de esas personas, en pocas palabras, están en juego, por falta de Gemcitabina, Cisplatino, de líquido contrastante para las tomografías y otros. Pero no solamente falta ese tipo de medicamentos o sustancias que forman parte de los tratamientos contra el cáncer, sino otros más como el Clonazepan, por mencionar alguno.
Bien que se combatan las mafias y cárteles de los fármacos, de lo cual se tenían noticias desde 2016, de acuerdo con una búsqueda realizada en internet.
“Ya tenemos que terminar de resolver el problema del abasto”, dijo López Obrador señalando expresamente al secretario de Salud y al director del INSABI, “ya no quiero escuchar de que faltan medicamentos y no quiero excusas de ningún tipo”.
No obstante, por alguna razón, la ineficiencia desde lo alto sigue.
De permanecer así las cosas, qué tanto servirá el apoyo económico que se otorgue entonces a las familias de las niñas y niños que padecen tan devastadora enfermedad.
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