Todo mundo sabe que el agreste Aguililla es el epicentro de la narcoguerra entre los Cárteles Unidos y CJNG. También se sabe que es tierra natal de “El Mencho” y con raíces familiares el actual gobernador, el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, hoy entre dos fuegos por reclamos de pago de facturas: la CNTE/normalistas y el crimen organizado. Que si nos atenemos a las palabras del presidente López Obrador del pasado 7 de febrero, podrían tener alguna vinculación.
Esta semana, el grupo de presión magisterial hizo sentir su violenta fuerza en el Centro Histórico de Morelia, con el plantón en la Madero, toma carreteras y bloqueos a plazas comerciales y la zona de bancos; el martes 22, el Cuatro Letras le lanzó un video a Ramírez Bedolla, que no tendría mayor relevancia si no existiera el antecedente de las denuncias sobre la participación de grupos criminales en las elecciones de junio del 2021.
Hoy, ambos le pasan presuntas facturas.
Los gamalieles, por haber cedido el gobierno estatal la Dirección de Educación Indígena a “Poder de Bases”, supuesta ala radical de la CNTE, porque en términos de ejercer violencia social son iguales. Ahora Gamaliel Hernández reclama la Dirección de Primarias, más de 500 plazas para eventuales y unas 700 para normalistas.
Bedolla cometió un error: si le da a uno, le tiene que dar al otro.
Y parece ser que así sucede con los grupos criminales, si también nos atenemos al video del CJNG.
Le reclamaron al gobernador morenista, el supuesto apoyo que brinda a los Cárteles Unidos integrados por los “Viagras”, Cártel del Tepalcatepec, Blancos de Troya, el de Buenavista y remanentes de los templarios.
“Le pedimos de la forma más atenta que cumpla con su pacto de desarmar falsas autodefensas y acabar con los mugrosos Viagras, ese era el acuerdo que teníamos, deje de apoyar a toda esa bola de mugrosos”. “Si su objetivo es como el de nosotros, acabar con toda esa basura, deje de recibir dinero y pongámonos a trabajar”.
Además le ofrece el CJNG al gobernador, exterminar a sus rivales en un par de meses, si las fuerzas federales no intervienen para favorecer a los hijos del “Abuelo Farías, Juanjo y Chava, además de Nicolás Sierra Santana y Poncho la Quiringüa”. “Deje de apoyarlos, mandando al gobierno a atacar y nosotros haremos el resto. También va para todos los presidentes municipales que no se pongan las pilas”.
Ni como candidato ni como gobernador, Ramírez Bedolla se ha parado en Aguililla.
La última visita de un gobernador a la tierra de “El Mencho”, fue Silvano Aureoles, el 13 de abril de 2021. El viernes 23 de ese mes y año, el entonces nuncio apostólico, Franco Coppola, arribaría a la impenetrable Aguililla para orar por la paz en la región. Y nada.
Aureoles fue a instalar una mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y la Seguridad, y trabajar en la recuperación de la zona, rica en recursos mineros, pero también de producción de drogas sintéticas.
¿Qué trascendió de la visita de Silvano? El video del indebido empujón del mandatario a un maestro de la CNTE y éste lo denunció penalmente por abuso de autoridad, azuzado por Ignacio Mendoza Jiménez, hoy coordinador de Centros Penitenciarios del gobierno del estado y hermano del secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, Gabriel Mendoza Jiménez. Nada es casualidad.
Ese 13 de abril, en redes, Silvano hizo un enésimo llamado al presidente López Obrador “para que nos ayude, porque esto es una acción de la delincuencia organizada, lo disfrazan usando mujeres, niños, adultos mayores, para manifestarse en contra de la autoridad y evitar que se pueda establecer el orden (…). No hay otra manera, excepto entrar y recuperar Aguililla, juntos y organizados con las fuerzas federales. Pero con la limitación de que tienen la instrucción del Presidente, de que no haya confrontación en nada… pues estos son sicarios, son delincuentes, y traen su propia ruta, que difícilmente los vamos a poder controlar o contener solamente con llamados a la civilidad o con diálogo. Con estos cuates es difícil el dialogo político, se dialoga con comunidades en conflicto, con grupos sociales, pero dialogar con delincuentes se vuelve muy cuesta arriba”.
Fue hasta el 9 de octubre del 2021 y Ramírez Bedolla en la gubernatura, cuando el Presidente vino anunciar desde Morelia, el plan de apoyo a Michoacán, y en particular a los municipios azotados por los grupos criminales. A más de cinco meses, la entidad esta peor y hoy se ubica en el tercer lugar en cuanto a homicidios dolosos.
La CNTE, narcos, aludiendo a acuerdos. Ya es tiempo que Alfredo Ramírez cite al confesionario a quienes pudieron hablar a su nombre desde la campaña…
***
Inédito en el anecdotario del presidente López Obrador: va para el mes, de sorrajar todos los días contra prensa. Ya los expresidentes neoliberales y las “mafias del poder”, ameritan apenas, menciones de coyuntura. Se ha esforzado todas estas mañanas, en vincular el periodismo de denuncia con la corrupción para bajarle al escándalo de la “Casa Gris” de su hijo José Ramón, y nada más no puede.
¿Quién lo iba a decir? El Presidente ha hecho a sus archicríticos más famosos, al grado de que el PAN ya le ve talla a Carlos Loret para el 2024 y a la Aristegui la vino a reconciliar con la audiencia que repudió su evidente lopezobradorismo. Y es que resulta inútil negarlo: en esta era de marcada polarización, nadie puede transitar por el filo de la navaja, sin caer de un lado a otro.
Lo comentábamos hace poco, Roberto Vizcaíno, Luzma Sánchez y quien esto escribe, en otro de esos encuentros reporteriles en casa de Sara Lovera: la información magra -como lo estimaría la Suprema Corte- no existe, porque hasta los datos duros se interpretan para llegar a conclusiones.
El tema aquí, es de qué lado caer: en blandito con el poder público y defenderlo a lo pendejo como lo hace Federico Arreola y Epigmenio Ibarra, por conveniencia económica, o del lado de la congruencia periodística. La crítica ante todo, quien sea que ejerza el poder.
Al final de cuentas, el cargo público tiene fecha de vencimiento y el periodismo seguirá. En algún momento, Arreola, Ibarra y otros más serán señalados de serviles y oficiosos, como hoy lo hacen con Loret, López Dóriga, la Dresser y los Krauze.
Lo que queda en claro, es que hoy el Presidente exhibe sus miserias:
-No mentir, y miente todas las mañanas. El pañuelito, los detentes, la risa socarrona.
-No robar, y los malos manejos por 63 mil millones de pesos en 2020, reportados por la ASF.
-No traicionar, y la primera pista sobre la casa en Houston del primogénito, surgió desde dentro de la Presidencia, como reveló Raúl Olmos, director de la Unidad de Periodismo de Investigación de MCCI, a Aristegui.
Por cierto, da miedo escuchar a López Obrador cuando dice “estamos preparados” para enfrentar las repercusiones de la invasión rusa a Ucrania. Así dijo del Covid en 2020 y hay que ver qué chinga nos ha puesto el bicho…
***
LA COMIDILLA
Que AMLO “ya no puede más”… pues nosotros tampoco.
Entre tiranos se cuidan; México sin condenar la invasión a Ucrania…