Por Sergio Torres Delgado
Al interior del colectivo NiUnoMás Michoacán se compartió un proyecto de decreto para la creación del “Reconocimiento Manuel Buendía al mérito periodístico”, cuya organización estaría en manos del Congreso del Estado.
Se entregaría cada 30 de mayo, fecha del aniversario luctuoso de Manuel Buendía, como un “instrumento de reconocimiento al mérito periodístico”, acompañado de una remuneración económica con valor de 50 Unidades de Medida y Actualización (UMAS), cuyo valor este año alcanzó los 96.22 pesos, cifra citada solamente para ejemplificar la cuantía. Con esos datos, puede hacer la multiplicación correspondiente.
Inmediatamente hubo la encomiable propuesta de que, en el supuesto de concretarse, dicho reconocimiento fuera destinado a las y los compañeros michoacanos que han sido desaparecidos o asesinados. Podría ser una opción.
Sin embargo, para un servidor sería mejor terminar con la impunidad. La falta de castigo no solamente contra los crímenes de periodistas, defensores de los derechos humanos y activistas sociales, sino la impunidad en el caso de los feminicidios y de cualquier homicidio y cualquier tipo de delito.
En vez de reconocimientos por parte del gobierno, provengan de cualquiera de los tres poderes, deberían elaborarse políticas públicas en favor de quienes se dedican al ejercicio periodísticos para garantizar los derechos humanos de estos y de sus familias, derechos al libre ejercicio periodístico y todos los relativos a su profesión, pero también los que tienen que ver con la salud, vivienda y educación, por mencionar algunos.
En lugar de reconocimientos, las y los diputados deberían escuchar la voz de las y los periodistas para enriquecer, mejorar y actualizar el marco normativo correspondiente.
Está en sus manos legislar. Está en sus manos trabajar de manera concurrente con el gremio periodístico, como también lo está el aprobar el presupuesto necesario para dar cumplimiento a las disposiciones jurídicas respectivas.
Ya después de eso, que se consulte la opinión sobre otros temas como la entrega de reconocimientos, cuyo riesgo es convertirlo en una especie de repartición de cuotas.
Por eso quien suscribe dice: no a esa clase de reconocimientos. Sí a resolver de fondo la problemática que se vive por parte de quienes nos dedicamos a la labor de informar y comunicar.
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