El tema de la vida y los derechos fundamentales de los mexicanos que viven en el extranjero, es de suma importancia y para poner un ejemplo, se puede hablar de Michoacán.
Cómo no darle valor a los michoacanos que han dejado su tierra para irse a los Estados Unidos de América, si tan solo allá están 4 millones de michoacanos; hay prácticamente otro Michoacán del otro lado del Río Bravo.
Los michoacanos en el extranjero es uno de varios temas, y ya regresaré con ellos, porque me interesa hablar en general de la comunidad mexicana residente en el exterior y cómo, en los hechos, el gobierno mexicano no garantiza sus derechos.
El artículo 329 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, establece que los mexicanos que radican en el extranjero solo podrán ejercer su derecho al voto para el presidente de la República, senadores y gobernadores. ¿Y para los diputados federales? En este caso, no se otorga el derecho a votar y claro que esto limita los derechos político electorales de los migrantes.
Por cierto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estableció la obligación para el Poder Legislativo de otorgar este derecho, pero no ha sucedido, lo que quiere decir que en México y en el extranjero hay mexicanos de primera y mexicanos de segunda, y esto me permite regresarme a Michoacán, aunque lo que comentaré aplica en todo el país.
En Michoacán, el gobierno del Estado no piensa y mucho menos ayuda a las comunidades migrantes de michoacanos que viven en los Estados Unidos; su “trabajo” actual radica en el tema de los “desplazados centro americanos que pretenden ingresar a México” y la razón del interés es muy simple: El Gobierno de los Estados Unidos de América –desde Donald Trump- ha sido muy claro con el gobierno de López Obrador; México está obligado a poner recursos, militares y programas con el objetivo de evitar a toda costa el tránsito de centro americanos por México para ingresar a la Unión Americana. Los norteamericanos tienen amagado al gobierno de México, aunque este quiera hacer creer que actúa por “humanismo”.
El problema más grande, es que el gobierno de Michoacán trabaja en esta misma línea de sumisión y su único “objetivo” es atender a los desplazados. Los migrantes michoacanos que radican en el extranjero no son para nada su objetivo.
Ante esta omisión, los legisladores de Michoacán deberían de responder. Independientemente de la inacción del Gobernador Bedolla, los legisladores de la entidad deberían hacer trabajo legislativo y de construcción de agenda con intereses mutuos entre el Poder Legislativo y los migrantes michoacanos que están en los Estados Unidos.
Para que se dé una idea de la fuerza que tienen los migrantes, entre enero, febrero y marzo de este año, las remesas enviadas a México crecieron un 18%. Llegaron al país, 250 mil 420 millones de pesos. Y a Michoacán, en el mismo periodo, llegaron un mil 172 millones de dólares en remesas, de acuerdo a datos del Banco de México.
Sin duda es importante que los gobiernos de México sean humanitarios, eso no es malo; lo malo está en ser populistas que tratan de engañar con el discurso y resultan ser gobernantes candiles de la calle y obscuridad de sus casas.
El tema de los desplazados es importante, sí, pero más vale darle mayor peso a los nacionales que están en otros lugares, porque contribuyen y muy en serio.
Que los gobiernos de Morena los estén dejando de lado, solo significa que los están haciendo invisibles; no son dignos de su interés.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.