Para cuatro años y López Obrador sigue sin encontrar a los 43 de Ayotzinapa; apenas unos granos en la inmensa arena de los más de cien mil desaparecidos y 336 mil asesinatos en lo que va del milenio. Este lunes 20, que “El Chueco” mató a dos sacerdotes de la congregación en la que se formó el Papa Francisco, entonces el Presidente de México realmente se preocupó por encontrar dos cadáveres.
La vigilia (velatorio), la liturgia funeraria (misa de cuerpo presente) y el compromiso (entierro) que pone a los que se van, en el camino hacia la curación, integridad y paz verdadera, son los ritos de los creyentes sobre la cristiana sepultura. De ahí la dolorosa y angustiante urgencia de los jesuitas, por recuperar los cuerpos de sus dos viejos servidores de Dios, masacrados en el acto de la extremaunción a un moribundo y darles su cristiana sepultura.
Mañana comienza la ritualización de los dos jesuitas con la misa de cuerpo presente en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, en Chihuahua y el domingo serán velados en Cerocahui para el lunes 27 ser sepultados en el atrio del templo donde fueron asesinados.
Espero no condenarme por pensar mal, pero los cadáveres de Javier Campos, Joaquín Mora y del guía de turistas Pedro Palma, no los encontraron gracias a la “extraordinaria labor” de la Fiscalía de Chihuahua, los entregaron, ante la extrema presión de la indignación internacional y del Estado Vaticano, pero sobre todo de la congregación más poderosa del mundo cristiano: la Compañía de Jesús.
La entrega -vivo o muerto- de “El Chueco” es inminente. Es o era, el operador del cártel de Sinaloa en la Sierra Tarahumara y se trata de devolver el favor por la liberación de Ovidio Guzmán, en octubre de 2019.
“¡Cuántos asesinatos en México!”, lamentó consternado el Papa jesuita Francisco, en la audiencia general de anteayer en Roma.
“Estoy cerca, con afecto y oración, a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”. ¿Y cómo respondió AMLO? -Ya ven, coincidimos: la violencia no resuelve la violencia. Por eso, así mueran los que tengan que morir, seguirá con los abrazos a los criminales. Así se lleve todo su sexenio, pero no más, porque quien llegue, de Morena o la oposición, tendrá obligadamente que apretar la tuerca.
Y es que realmente sigo sin entender de dónde jodidos sacó la idea de que aplicar la ley, imponer el Estado de Derecho y hacer justicia a las víctimas, es violencia. “También son humanos”, dice. Entonces con esa pinche frase permisiva tienen derecho a arrancar la vida a hombres, mujeres, niños y niñas; a jesuitas en el acto sacramental más sublime que pueden dar.
Pues ahora sí, como chinga tanto a Felipe Calderón con la guerra al narco, López Obrador con su política de impunidad al crimen, sacudió el avispero de la conciencia social.
Los jesuitas en México, tan abocados a su labor pastoral y que no se metían en política, llaman a los creyentes y no creyentes, a “no callar ante la injusticia para cambiar la realidad del país”.
Desde el templo consagrado a su fundador, San Ignacio, en la colonia Polanco de la CdMx, la Compañía de Jesús, en voz de su provincial Luis Gerardo Moro Madrid pidió a “todos a todas a seguir luchando desde el lugar que le corresponde en esta sociedad, a no permitir que la violencia, el terror y el miedo tengan la última palabra.
“Es fácil responsabilizar a otros, echarle la culpa a otros y sí habrá que exigirle a ellos, pero también habrá que exigirnos entre nosotros si queremos seguir viendo en el terror la violencia y en el miedo. Los invito a seguir luchando hasta que la dignidad se haga costumbre”.
En otro frente, los Rectores de universidades jesuitas advirtieron que en México se vive un Estado fallido y una crisis de seguridad, por lo que llamaron a los ciudadanos a generar presión y exigir un alto a la violencia.
“Cuando el Estado no tiene control territorial y permite que grupos armados privados lo controlen, a eso le llamamos Estado fallido; tiene muchos años que las colonias, barrios y pueblos están siendo controlados por algún cártel grande o pequeño, y el Estado está ausente en muchas partes de México. Hace mucho tiempo que (el Estado) se fue”, dijo Juan Luis Hernández Avendaño, rector de la Universidad Iberoamericana, campus Torreón.
Los mensajes no pueden ser más claro para la 4T y su líder moral y político. Ante tanta violencia e injusticia, gobernadores, diputados, senadores, alcaldes, guardan un silencio cómplice y sí hablan, es también para escupir culpas. ¿Para eso es el poder público?
¿Cómo es posible que Ricardo Monreal sea el único morenista que levante la voz contra esa fregadera de los abrazos a los asesinos? ¿Qué no hay otras, otros en Morena con una pizca de dignidad y honorabilidad para decirle a su Presidente: -Reconsidera, no vamos bien, también a nuestros votantes los están matando.
Pues parece que no.
Aquí en Michoacán tenemos al gobernador, más en encabronado por las críticas a su Bedollafest, la magna celebración de su triunfo electoral, que por el regadero de cadáveres por todo el estado.
Aquí tuvimos al “Nenuco”, el sicario que la tarde del martes 21 de junio, luego de ejecutar a dos personas en un taller mecánico de Jacona, en su huida hacia Zamora asesinó a otros nueve que lamentablemente estaban en el momento y lugar equivocado: afuera de una forrajería, una tienda, una refaccionaria, una florería y un repartidor de leche.
Y López Obrador, en su costumbre de todo politequear, se enfoca en investigar si “El Chueco” recibía protección policiaca para dejarlo operar con tanta impunidad. ¡Pues claro sí!
Pero en todo caso, también actúa con impunidad el delegado del Bienestar en Chihuahua, Juan Carlos Loera, quien en dos visitas de AMLO a la Sierra Taraumara, en 2019, fue acusado de jinetearle los apoyos sociales a los indígenas.
En febrero de este año, que estuvo en Ciudad Juárez, anunció que programaría una gira por la Sierra del estado grande. A ver si para entonces, ya entregaron a “El Chueco”…
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La cuenta @cosgaya_emilio abrió el domingo 19 un largo “hilo” que alcanzó los 35.5 mil me gusta y los 16.7 mil retuits con un singular relato:
La “guerra contra el narcotráfico es un tema delicado y que pone en riesgo a mi familia y a mí, pero dada la situación del país es importante explicarlo y eliminar las justificaciones del actual gobierno respecto a su inexistente política de seguridad y apoyo indirecto al crimen.
“Yo fui el comandante del batallón al que se le designo la tarea de poner fin a la violencia que se desato por el conflicto entre la familia michoacana y los Zetas. Fui el precursor de las operaciones militares que se realizarían posteriormente en el combate a los cárteles.
“El operativo Michoacán fue ordenado por el expresidente @FelipeCalderon en diciembre del 2006 en respuesta a los altos niveles de violencia en este estado que no se veían desde 1997 y que son producto de permitir al crimen organizado actuar con impunidad”.
“Es importante señalar como la cifra del 2006 fue un tercio de los homicidios que se le informan actualmente al presidente @lopezobrador_ y fue suficiente para emprender acciones por parte del Estado. La seguridad no es tan importante como la popularidad y el control de la opinión.
“Comencé la operación con eficacia aplicando tácticas militares y peine las regiones más conflictivas de Michoacán liberando literalmente poblaciones bajo el control de grupos criminales. Pronto se dieron cuenta que no podían enfrentar al ejército y huían antes de que me acercara.
(…)
“También me tope con sucesos muy preocupantes como el hecho que en varias poblaciones tapice calles enteras con armas que decomise. Con la continua huida de los delincuentes en una ocasión decidí sitiar una población con todo mi batallón y las autoridades locales me pidieron levantar el sitio pues gran parte de la población estaba sufriendo de los efectos negativos de la abstinencia de drogas. El fácil acceso a las drogas, la violencia y la dificultad para obtener lo básico orillo a la población a la drogadicción”.
“En fin, la situación mejoro y volvió la gobernabilidad a las poblaciones que había retomado, los homicidios y violencia en el 2007 estuvieron en el nivel más bajo de los 15 años anteriores con 534 asesinatos registrados. Pero no podía permanecer indefinidamente…
“Ahora solo observo la terrible situación en la que se encuentra Michoacán, como se permitió al crimen organizado operar hasta conseguir los niveles de control que tiene ahora. Jamás me imagine que alguien permitiera la sustitución del Estado mexicano en esta rica región del país.
“No esperen justicia, seguridad ni desarrollo de esta administración. Si es algo que ni mi familia ni yo puede obtener ¿Qué podría esperar el mexicano promedio, el “pueblo”?”.
El lunes 20, la publicación fue retomada en el noticiero de Ciro Gómez y algunos sitios sin mayor efecto que el abrumador respaldo a través del “hilo” a la “valentía” del militar por sus críticas a la política de seguridad de López Obrador y muy activo en la cuenta, abierta desde agosto de 2020.
La Jornada y SDP Noticias -medios afines a AMLO- reaccionaron “descubriendo” la identidad de Emilio Cosgaya Rodríguez, militar de confianza de Felipe Calderón, quien se encuentra recluido en el Altiplano desde junio de 2019, por el caso de Eduardo León Trauwitz y el robo de combustible en Pemex en el sexenio de Peña Nieto. Curioso que ambos medios duden que la cuenta sea manejada desde un penal “donde no tiene acceso a computadoras ni teléfonos celulares”.
En Michoacán pasó de noche, porque ¿quién diablos es Emilio Cosgaya? Pero sobre todo, porque es un relato de autoelogio respecto a un tiempo y momento que las y los michoacanos prefirieron dejar atrás, y que ahora, al amparo de la 4T, reviven con mayor furia y destrucción.
O como el propio Lázaro Cárdenas Batel que ha guardado un deshonroso silencio respecto a esa etapa en que gobernó y que ni siquiera reaccionó a la foto exhibida por su propio jefe, en la mañanera del 16 de junio. El misil contra el coordinador de asesores del Presidente, desde luego es de Jesús Ramírez…