La advertencia en abril, del senador del Partido Verde, Manuel Velasco, al diputado federal y presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, de que si no apoyaba la Reforma Eléctrica “irán con todo en contra” de él, resultó verídica.
Desde mayo, “Alito” no veía una con la revuelta interna en el tricolor por los pésimos resultados electorales y los audios en su contra difundidos en “los martes del Jaguar” de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores; las denuncias ante la Fiscalía General por delitos de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y delincuencia organizada, y el procedimiento de desafuero en la Cámara Baja promovido por Morena, para que enfrente los cargos y le apliquen la prisión preventiva oficiosa.
El 1 de julio, desde Ginebra, Suiza, el dirigente priísta gritó a todo pulmón, que no lo callarían en su denuncia pública sobre el linchamiento político de que era objeto por parte del gobierno de Morena. “La única forma de hacerlo es que me maten”.
“Soy una gente de compromiso, de voluntad, amo mi país. Ni me van a asustar, ni me voy a echar para atrás. Yo voy a defender la democracia mexicana, porque creo en las instituciones, en los derechos y las libertades”, y expuso que con los ataques en su contra, lo que Morena y el Gobierno buscan es destruir a la coalición “Va por México” y, con ello, a la oposición. “No podemos permitirlo y vamos a fortalecer la coalición Va por México”.
Pues sí lo asustaron, se echó para atrás y lo empinaron con la reforma constitucional a la Guardia Nacional que quería el Ejecutivo federal. Lo peor es que su cobardía es canallesca, al abusar de la diputada con discapacidad, Yolanda de la Torre, para meter al Pleno la ruta de escape que el propio López Obrador había anunciado desde el 12 de agosto, al pronunciarse por ampliar la permanencia de los militares en tareas de seguridad pública hasta 2028.
“Necesitamos una reforma constitucional, eso es lo ideal, pero tenemos nosotros que buscarle la forma porque nos están bloqueando en vez de ayudar; hay la intención de que no podamos hacer nada y no les importa pues que se trate de asuntos que tienen que ver con la seguridad”, dijo en su mañanera de ese día.
Todo esto dice quién es el verdadero “Alito”, que, por salvar el pellejo, divide al PRI y fractura momentáneamente la alianza opositora. A menos -hipotéticamente- que el cochupo entre las fuerzas políticas vaya más allá: la reforma a la GN, por la electoral. Ya veré si me equivocó.
Al cierre de esta columna, la minuta de la Cámara de Diputados que reforma diversas leyes secundarias para entregar el control absoluto de la GN a la Secretaría de la Defensa Nacional, pasaría sin problemas en el Senado; la reforma al quinto transitorio de la reforma constitucional de 2019, ya era cuestión de trámite, con el voto del bloque de la 4T a favor de la propuesta del PRI.
Pero me quedo con la sensación, de que “Alito”, el inexplicablemente rico, se pudo salvar de la persecución política de la 4T pero quién sabe cómo la libre al interior de su partido, porque el único “moralmente derrotado” -lo que son las cosas- terminó siendo él.
A menos, reitero, que la reforma constitucional de la Guardia Nacional haya sido pactada por la propia alianza, de ahí que la ruptura sea “temporal” y no definitiva. Porque en todo caso, con qué cara, el “moralmente derrotado” llamará al priísmo leal y congruente en el Estado de México y Coahuila, en 2023, a confiar en su liderazgo. Un escenario ideal, es que los priístas decentes favorezcan al candidato o candidata para la gubernatura en esos estados y manden a la tiznada al PRI de Morena. ¡Perdón! de Moreno.
Porque después de su cochinada, el “Alito” amenaza: “nadie, nadie, puede pensar que podemos ser competitivos si no vamos en la coalición. Todo mundo lo sabe. ¿Romper la coalición? ¿Quién gana? ¿El PAN solo? ¿El PRD solo? Este no es sólo un tema matemático, es un tema estratégico. (y todavía se burla) Aquí nadie le hace el trabajo al gobierno”…
Pero hay varios aspectos oscuros en torno a la seguridad pública, que en los hechos, ya esta bajo control de los militares. Nada más tuvimos que ver el informe de “Cero Impunidad” de ayer jueves, en la mañanera. Todas, todas las detenciones que reportó Ricardo Mejía, se les atribuyen a la Sedena.
Entonces, ¿qué harán las policías estatales y municipales? Nada más proteger malandros, porque desde la óptica presidencial, son corruptas. Por tanto, son un gasto inútil.
La lógica indicaría que con los 350 mil guardias nacionales que dijo AMLO tendrá al final de su sexenio, más los 400 mil soldados y marinos en seguridad pública, ¿para qué pinches mantener policías civiles?
De acuerdo al Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2021 del INEGI y con actualización al 14 de febrero de 2022 (https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/cnspe/2021/doc/cnspe_2021_resultados.pdf)
al cierre de 2020, la cantidad de personal adscrito a las instituciones encargadas de la función de seguridad pública de las entidades federativas fue de 225,544. Comparado con 2019, la cantidad de personal disminuyó 2.6% en 2020.
Para el estado de Michoacán, el mapa registra 729 servidores públicos, pero a pie de página una nota aclara que “la información sobre personal operativo se considera de carácter reservado”.
Por lo que toca al Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la CDMX 2021 con actualización a febrero de 2022 (https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/cngmd/2021/doc/cngmd2021_resultados_seg_just.pdf) de los 2,452 municipios considerados en el levantamiento (no aplicó para las 16 alcaldías de la Ciudad de México), en 45 de ellos la seguridad está a cargo de otra autoridad estatal o federal; 23 no cuentan con institución, dirección o servicio de seguridad pública y de 8 no hubo información. Al cierre de 2020, el total de polimunicipales era de 189,495; de estos, solo 83,823 (50.6%) contaban con Certificado Único Policial.
El tema es ¿qué hará el Presidente -porque él es el único que manda- con los casi 415 mil policías estatales y municipales que hay en el país? ¿Lo mismo que con la Policía Federal? Ya lo veremos ahora que se reparta en presupuesto de Egresos 2023…
***
LA COMIDILLA
Se cumplió lo que anticipamos en este espacio: El presidente de la Jucopo del Congreso local y coordinador de la bancada de Morena, Fidel Calderón Torreblanca, nada más hizo el ridículo con el otorgamiento de la presea “Melchor Ocampo” 2022, a López Obrador.
Quiso quedar bien con el Presidente, y demostró que no opera ni una lagartija en laboratorio, pues se aprobó el decreto con solo 14 votos de 40 integrantes de la Legislatura.
Hace días, a pregunta de reporteras de la fuente de Congreso, la aun presidenta de la Mesa Directiva, Adriana Hernández, confirmó que el mandatario no viene a recibir la condecoración, incluso no hay certeza de que venga un mandadero -palabras mías- pues a casi dos meses de aprobada, no responde la Presidencia.
Así que se la pela la nueva mafia del poder en Michoacán para tomarse fotos con el Presidente, que por ciento, va para cumplir un año de no pararse en el estado. Pues ¿qué vio o que no le gustó?…