¿Qué vende la aspirante presidencial Beatriz Paredes? La priísta, no vende nada.
O por lo menos en su discurso de “destape” en Morelia, Michoacán, el pasado jueves 13 de octubre, no ofreció nada. Me parece que tiene un problema enorme que con frecuencia veo en muchas y muchos políticos: en su andar como políticos, no consideran una estrategia de marketing político, de comunicación política y discurso de venta.
Les comparto algo que me pasó en ese destape “encubierto”. Me buscó un amigo priísta, Wilfrido Lázaro Medina, para invitarme a un desayuno con la senadora del PRI, Beatriz Paredes, con el argumento de que se reuniría con priístas y con integrantes la sociedad civil. Hasta ahí todo bien, pues entendí que me invitaba como apartidista e integrante de la sociedad civil.
En ese momento supuse que habría distintos miembros de la sociedad civil organizada a los que querían deslizarles un mensaje político de la senadora Paredes, y no solo militantes priístas y simpatizantes como suele pasar en esas convocatorias. De hecho, es común que así operen los partidos políticos y entiendo su rol dentro del sistema político mexicano porque algunos de mis clientes forman parte de los partidos de Michoacán, a los cuales estudio como instituciones para poder trabajarles su mensaje rector.
Ese jueves, pude saludar a varios priístas y los vi muy entusiasmados. Muchos han sido gobernantes encumbrados y otros desean serlo, pero en prácticamente todo ellos encontré un común denominador: buscan la sobrevivencia de su partido, de su grupo político y de ser posible, buscan una candidatura para 2024; eso no lo dicen, pero es así.
Bien, esto es lo normal y tampoco me sorprendió.
El tema, es que el evento me pareció el esquema que conozco desde hace varios años, es decir, el modelo de hacer reuniones con militantes y simpatizantes a favor de un o una “líder” no ha cambiado. De ahí mi insistencia en que, por lo menos entre este grupo de priístas michoacanos, las ideas innovadoras no han aterrizado; son demasiado escépticos para intentarlo.
Lo segundo que noté, es que este partido sigue roto, entre el grupo de los que hoy dirigen al PRI de Michoacán y aquellos que fueron dejados de lado, por eso buscan quedar bajo el cobijo de Beatriz Paredes o de otros liderazgos priístas de Michoacán, que podrían ser candidatos en las elecciones de 2024. De esto también desprendo que el sistema de partidos políticos en México sigue hecho para “agradecerle y deberle la oportunidad al líder del grupo político”, por lo tanto, no se le agradecerá a la sociedad que es quien también los lleva al poder con su voto.
Lo tercero que observé, es la ausencia de más sociedad civil, por lo menos no la ubiqué en posiciones importantes para poder escuchar y aportarle con su experiencia y conocimientos a la senadora Paredes Rangél.
Por el contrario, hasta donde me quedé -porque me retiré a trabajar-, los militantes y simpatizantes de este partido político tomaron el micrófono en una etapa de preguntas y respuestas, que más bien terminó siendo concurso de “loas zalameras” a Beatriz Paredes.
Y, por último, escuché con atención el discurso de Beatriz Paredes y lo percibí muy limitado; se ciñó a comunicar tres cosas:
a) Porras a Michoacán y a aquellos de su época con los que hizo política.
b) Diagnosticó al país, pero no a Michoacán.
c) Señaló lo que ha dejado de hacer López Obrador.
¿Nada más? No hubo más.
Y los de la sociedad civil, ¿qué recibimos como oferta de parte de la Sra. Beatriz Paredes? Les puedo asegurar que nada novedoso, mucho menos innovador.
Si yo -como cualquier otro apartidista- tuviera que decidir la compra de una marca política presidencial para 2024 resolvería de manera simple: “me quedó claro que la senadora quiere ser Presidenta de México por el PRI pero, no me comunicó ninguna propuesta de valor que me permita contrastar con otras ofertas de marcas políticas, entonces, no la pienso comprar, porque no ofreció nada”.
Si ella no me vende nada, sencillamente, no le compro nada.
Quizá a los priístas les basta con saber que es una “gran oradora”, que es una “institución”; quizá les basta con saber que es mujer o le apuestan a tener ligas directas o indirectas para colocarse en su equipo de precampaña y eventualmente en una candidatura o en una chamba en el gobierno federal. Quizá a las y los priístas eso les basta. A mí, no.
Yo busco analizar para hacer juicios y tomar decisiones en 2024, y Beatriz Paredes –por lo menos conmigo- perdió la oportunidad de colocarme su propuesta de venta, y un político que vende, jamás tendrá una segunda oportunidad para generar una primera gran impresión.
Esa es otra cosa que detecté en estos priístas michoacanos: creo que deberían hacer mucho más esfuerzo por atraer la simpatía del ciudadano apartidista, y me parece que ahí siguen sin comprender una de las causas del triunfo de López Obrador en 2018: el apartidista no siente atracción por las actuales marcas políticas.
Sin duda el PRI de Michoacán debe tener un gran voto duro, no lo dudo. ¿Pero qué piensan comunicar y vender a los apartidistas? Es una pregunta que me hago.
Quizá la respuesta es, no les importamos; también puede ser.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.