La marcha de este domingo pasado a favor del INE y de la democracia mexicana volvió a ser un éxito. Cientos de miles de personas llenaron el zócalo de la Ciudad de México lo cual sigue debilitando los símbolos que le dan fuerza al Presidente López Obrador.
Ya se sabe que Andrés Manuel López Obrador ha sido el mejor usufructuador de conceptos como pueblo y de imágenes icónicas como el zócalo capitalino repleto de personas.
Por eso, el hecho de que la sociedad civil, algunos partidos políticos y parte de la sociedad que no forma parte de agrupaciones, colectivos, etc., hayan llenado el zócalo manda y demuestra un mensaje muy poderoso: “López Obrador no es el único capaz de tener poder de convocatoria importante”.
Es más, resulta aún más poderoso lo que hicieron los integrantes de la sociedad civil este domingo pasado, porque sus movilizaciones son sin acarreados, algo que, en este momento Obrador, su partido político Morena y aliados ya no pueden hacer, porque están atrapados en las viejas mañas del corporativismo electorero que no les permite avanzar sin acarreados y pagando votos.
Por esto ha sido un éxito la marcha a favor de las instituciones democráticas, y lo más atractivo es que la sociedad muestra que tiene fuerza suficiente para plantarle cara a cualquier partido político o gobernante autócrata o dictador.
Se debe reconocer que en esta ocasión la fuerza de la sociedad está contra Andrés Manuel López Obrador y contra su partido político, pero el día de mañana podría ser en contra de cualquier otro partido y eso es lo más significativo.
La sociedad en su conjunto debe darse cuenta que, si bien los partidos políticos como el PAN, PRI o PRD serán los que salgan ganando en 2024 con esta oposición a López Obrador, estos partidos no son para nada los articuladores de la sociedad civil y sus actividades masivas.
Ellos simplemente se acercan a la sociedad para “cachar” votos porque los sistemas de representación política y de partidos políticos en México hacen que los apartidistas tengan que salir a votar por alguien de los partidos.
Por eso es importante entender un par de cosas.
A) La sociedad debe valorar su peso y vender muy caro su apoyo. Así lo digo. Las elecciones son transacciones en donde unos ofrecen mejorar las cosas a cambio de los votos de otros que piden que las cosas sean mejoradas. Esto es una transacción y quien se espante, es un puritano de visión obtusa.
B) Los partidos políticos no deberían sentirse ganadores. Ver a cientos de miles de personas manifestándose, no es por lo que ofrecen o por apoyar a los partidos, es más, mucho menos por sus gobiernos basura que orillaron a los mexicanos a votar por Obrador en 2018.
Para mí, el ganador de la marcha de este domingo fueron las y los ciudadanos y las instituciones democráticas, que no son lo perfectas que necesitamos para tener una democracia más saludable, pero son las que nos quedan con ADN democrático auténtico.
Compitan quienes compitan en 2024 por la presidencia de México, deberían estar viendo desde ahora que los ciudadanos apartidistas están hasta la madre de sus gobiernos, políticas, acciones, de sus mismas caras y de sus dobles discursos que no cambian.
No es que se les crea; es que no hay más opciones. Los partidos tradicionales hacen como que cambian y los ciudadanos hacen como que les creen, pero si los partidos tradicionales se la creen, Morena les pondrá una madriza.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.